Aunque el tamaño puede ser un problema en determinadas situaciones, lo cierto es que, en lo que a decoración de Navidad se refiéreme no es así. Se puede lograr el mismo espíritu navideño y el mismo estilo en un piso pequeño que en un pisazo. ¿No te lo crees? Tenemos la fórmula (además del truco del espejo). Además, viene con ventaja añadida: a menos metros, menos gasto. Al final va a resultar que vivir en 50 metros cuadrados tiene más ventajas que inconvenientes, al menos en lo que a presupuesto de decoración navideña se refiere. A continuación te dejamos algunos consejos:
Lo de ‘antes muerta que sencilla’ se acabó. Ha llegado el momento de apostar por la sencillez decorativa, que no minimalismo, e intentar no abarrotar tu casa de bolas y guirnaldas de luces. También es importante que apuestes por adornos que no aporten un exceso de volumen o quieran ser los reyes de la fiesta, sino que dejen huella, sin darte cuenta. Piensa en una Poinsettia en un rincón, por ejemplo. Cuestión de elegancia.
Y casi me atrevería a decir: se deben decorar. Se trata de no incorporar más elementos que ocupen suelo y sitio, sino de aprovechar todo lo que tienes. Empieza por la puerta de entrada y la típica corona que da la bienvenida y ayuda a cambiar el chip y sigue por las de paso: una bola colgando del picaporte, un lazo o un adorno te ayudarán a conseguir una decoración navideña sin darte cuenta. Usa las ventanas como si fueran un mural y no te cortes colgando luces o estrellas luminosas. Por cierto, este consejo también vale para el techo, que también puede darte juego en cuanto a decorar sin abrumar.
Sabemos que montar el árbol de Navidad es una de tus cosas preferidas en estas fechas, una tradición que te gusta mantener, aunque solo lo veas tú. Por eso, no se trata de renunciar a él, sino de buscar un modelo en versión mini, poco voluminoso, para que no tengas que irte del salón, si quieres que entre él. Puedes decidirte por uno tradicional de diseño estilizado, especial para casas pequeñas (los hay y se llaman slim), o elegir uno para colocar encima de un mueble o el alféizar de la ventana. Recuerda que lo verdaderamente importante es el espíritu…
Y no solo en el salón. ¿Cómo lograrlo? Usando los muebles a tu favor, las baldas y la estantería pueden dar mucho juego, al igual que los textiles. ¡Sé creativa! Con ropa de cama con motivos navideños, cojines para el sofá que se visten de rojo, manteles que dan un toque cada vez que pones la mesa para desayunar, un centro o arreglo floral que corona un aparador o una cómoda, una vela aromática con fragancia de jengibre o galleta, situada estratégicamente en el baño, o un calendario de Adviento en la nevera. Es Navidad, ¡qué se note!
En casas pequeñas, la decoración navideña debe ir en consonancia. Por eso, aunque te mueres por esa bola XL llena de brillos, mejor las de tamaño normal y si me apuras, mejor los lazos, que son uno de los adornos estrella de esta temporada. Una buena idea es recurrir a los dos en uno, es decir, estrellas que se iluminan, árboles XS que vienen decorados y con luz, cajas con guirnaldas…
Respecto a los colores, lo más conveniente es dejarse llevar por los tonos neutros, en modo blanca Navidad, dejando el rojo y el verde para dar un toque. El exceso cromático también satura, al igual que mezclar demasiadas tonalidades en un mismo lugar.
Son buenas aliadas de la decoración todo el año, pero en Navidad cobran especial relevancia, tanto en una casa pequeña como en una grande. Son infalibles porque se visten de fiesta con diseños más estilizados, tipo candelabro, o en colores menos usuales, como el negro. Pueden ir sueltas, adornando una ventana o un mueble, o en formato centro, que puedes hacer tú misma, con varias y otros elementos decorativos, como piñas o bolas. Además, y no menos importante, hay modelos que evocan directamente esta época, con aromas a pino, chocolate, galleta de jengibre… ¡Pura inspiración!
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