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Cuando hablamos de la casa del rey seguimos utilizando el término Zarzuela. Pero lo correcto sería hablar del Pabellón del Príncipe, un edificio ubicado a un kilómetro de la residencia en la que Juan Carlos y Sofía formaron una familia durante su etapa como monarcas.
En esta residencia vive Felipe VI desde el año 2002. Dos años después, tras la boda real, pasó a compartirla con Letizia. Y a ella fueron incorporándose Leonor y Sofía, princesa e infanta de España. Con la coronación tuvieron la oportunidad de trasladarse al Palacio de la Zarzuela, pero decidieron quedarse en el que ya era su hogar.
1.800 metros cuadrados útiles y cuatro plantas para el uso y disfrute de la familia real. Un espacio en el que hoy, tras el decreto del estado de alarma en nuestro país, se encuentran aislados del mundo a la espera de que la curva del coronavirus deje de crecer. Pero, ¿cómo es por dentro? ¿qué esconde cada rincón de este pabellón? En divinity.es hemos decidido hacer nuestro propio ‘house tour’ tirando de archivo.
Para empezar, vayamos al dato. 4.237.150 euros costó esta construcción diseñada por Manuel del Río, arquitecto del Estado. Desde entonces, poco ha cambiado. Desde la entrada a la planta principal, la oficial, se accede al despacho del rey. A través del hall se distribuyen el resto de estancias: comedor, biblioteca, sala de visitas, habitación para invitados y cocina.
Toda esta parte de la casa de Felipe la decoró la interiorista Patricia Sanchiz Castañé con muebles de Patrimonio Nacional, algunas cosas heredadas de los condes de Barcelona (el comedor, por ejemplo) y obras de arte, como un cuadro de Rafael Canogar que hemos visto en más de un discurso oficial y que se encuentra en el despacho del rey.
A la planta primera se llega por una imponente escalera de caracol que pudimos ver en el vídeo difundido por casa real por el 50º cumpleaños de su majestad. Las estancias más privadas fueron diseñadas por Francisco Muñoz, que se encargó de decorar los dormitorios, los baños y el resto de estancias en las que pasan sus ratos de ocio Felipe, Letizia y las niñas.
Como dato a resaltar, solo la habitación de los reyes goza de 110 metros cuadrados, dos vestidores, dos salas de estar y dos baños. Arriba, donde está la buhardilla, se pensó construir un gimnasio. Y en el semisótano es donde se adecuó la cocina y el resto de dependencias de las muchas personas de servicio que trabajan cada día con la familia real.
Pero lo mejor de la casa está fuera. Desde sus enormes ventanales, el Pabellón del Príncipe cuenta con unas vistas privilegiadas al Monte de El Pardo. 16.000 hectáreas verdes que separan a la familia real del resto del mundo.