Con el frío, lo más normal será que queramos encender los radiadores. Lo primero que habrá que hacer si llevan mucho tiempo apagados será purgarlos y, seguidamente, limpiarlos. Será una tarea fácil, ya que lo recomendable es mantenerlos limpios durante todo el año, pero habrá que hacerlo en profundidad, al menos, una vez al año, ya que podrán acumular más polvo de lo normal debido a todos los recovecos que poseen. En Divinity te contamos cómo hacerlo de forma fácil y rápida.
Para esta limpieza habrá que comenzar con los radiadores apagados y fríos. Habrá que cubrir el alrededor del radiador con una tela o con un papel de periódico para que sea ahí donde caiga toda la suciedad. El primer paso será quitar el polvo superficial tanto de la parte delantera como de la parte trasera del radiador.
Existirán cepillos especiales para limpiar los radiadores, así como apliques en las aspiradoras. También, un secador de pelo te ayudará a quitar todo el polvo. Una vez que ya esté quitado todo el polvo superficial habrá que ponerse con la suciedad incrustada. Para sacar brillo a la zona habrá que coger un trapo húmedo con un poco de jabón o limpiacristales para quitar todos los restos de suciedad.
Para la parte trasera, si no dispones de un cepillo especial para esta tarea, podrás atar un trapo a un palo y repetir todo ese proceso que acabamos de llevar a cabo en la parte delantera. Si el radiador tiene alguna mancha habrá que hacer uso de un desengrasante diluido en agua. Además, no deberás olvidar secar bien el radiador para que no acumule la humedad.
De esta forma podrás mantener los radiadores limpios durante más tiempo. También será esencial controlar la presión del circuito de calefacción. Lo ideal será que la limpieza se lleve a cabo durante los meses de otoño, ya que nos anticiparemos a su uso continuado.