Eran pasadas las 20:00 horas del lunes cuando se filtró la noticia. El rey se ponía en cuarentena tras estar en contacto "próximo" con un positivo en covid-19. 10 días de cuarentena en los que tendrá que estar recluido en su residencia privada, siguiendo así con las medidas estipuladas por Sanidad para contener el virus. Zarzuela no ha querido confirmar si su majestad se ha sometido a una PCR o a otro tipo de prueba diagnóstica que confirmaría si se ha producido un contagio.
Al haberse dado este domingo, día en el que la agenda oficial del monarca estaba libre de compromisos, casa real se ha reservado la información de con quién cerró el fin de semana o en qué contexto tuvo lugar. Las actuaciones de carácter privado de nuestros 'royals' son parte de su intimidad. Ya hubo un precedente similar cuando Letizia compartió acto con Irene Montero y, días más tarde, la ministra de Igualdad dio positivo en coronavirus. Esto fue a principios de la pandemia. Pero, ¿cómo será la vida de Felipe VI durante su aislamiento?
Así es el Pabellón del Príncipe, el espacio de más de 1.800 metros cuadrados del que no podrá salir hasta, salvo novedades, el próximo miércoles 2 de diciembre.
Estamos acostumbrados a recurrir al término 'Zarzuela' cuando hablamos de la casa de la familia real. Este palacio fue su residencia habitual durante el reinado de Juan Carlos y Sofía, que han mantenido allí su hogar hasta que los líos financieros del emérito le obligaron a poner rumbo a Emiratos Árabes sin un billete de vuelta. En este histórico edificio también se encuentran los despachos y las áreas de trabajo para Felipe y Letizia y la legión de trabajadores que colaboran con la corona. Sin embargo, los actuales reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, duermen y hacen vida en el Pabellón del Príncipe, ubicado a apenas un kilómetro, dentro de los mismos lares.
4.237.150 euros costó esta construcción diseñada por Manuel del Río, arquitecto del Estado. En el año 2002, un por entonces príncipe de Asturias y futuro heredero al trono decidió 'emanciparse' de sus padres en esta amplia residencia a la que, dos años después, tras la boda real, se trasladó su esposa. Tuvieron la opción de, con la coronación, hacerse con la Zarzuela. Pero fue aquí donde decidieron formar una familia.
La casa de nuestros reyes está compuesta por 1.800 metros cuadrados útiles y cuatro plantas para el uso y disfrute de la familia real. A pesar de que siempre han intentado blindar su privacidad (el ejemplo perfecto está en el secretismo que hay en torno a este posible contagio), en 2018 apostaron por la naturalidad tan alabada en otras monarquías europeas y grabaron un vídeo casero en el que mostraban cómo era su día a día en el pabellón.
Desde la entrada a la planta principal, la oficial, se accede al despacho personal del rey. A través del hall se distribuyen el resto de estancias: comedor, biblioteca, sala de visitas, habitación para invitados y cocina. Estas son de las pocas estancias que han salido a la luz y que, en estas dos décadas, apenas han variado.
Patricia Sanchiz Castañé fue la diseñadora de interiores que se encargó de decorarla, recurriendo a muebles de Patrimonio Nacional entre los que destacaban algunas pertenencias de los condes de Barcelona, como el comedor, y obras de arte, como un cuadro de Rafael Canogar que hemos visto en más de un discurso oficial y que se encuentra en el despacho del rey. Por mucho que lo llamemos el Pabellón del Príncipe, sigue siendo un palacio. Y está decorado como tal.
En cuanto a la planta más privada, la de los dormitorios, tras subir una imponente escalera de caracol nos encontramos varias estancias diseñadas por Francisco Muñoz, que se encargó de decorar los dormitorios, los baños y el resto de estancias en las que pasan sus ratos de ocio. Solo el cuarto de Felipe y Letizia dispone de 110 metros cuadrados, por lo que no será de extrañar que el monarca se mantenga en su habitación hasta nuevo aviso. Tiene dos salones, dos baños y dos vestidores, el espacio soñado por cualquier mortal en su situación.
Arriba, donde está la buhardilla, se pensó construir un gimnasio. Y en el semisótano es donde se adecuó la cocina y el resto de dependencias de las muchas personas de servicio que trabajan cada día con la familia real. Si esto fuese un portal de compraventa de inmuebles, el gran punto a favor lo tienen en el exterior, con unas vistas al Monte de El Pardo y un jardín de hasta 16.000 hectáreas.