Hay algunas veces que, durante el invierno, notemos que los radiadores no calientan lo suficiente o que hacen un ruido extraño. Esto, en la mayoría de ocasiones, sucede porque en el sistema de calefacción se ha acumulado una gran cantidad de aire. Esto hará que la circulación del agua que calienta los radiadores se entorpezca y, de esta forma, provoca que no se emita la calefacción de forma homogénea. Para evitarlo es recomendable purgar los radiadores antes de encender la calefacción, eliminando el aire sobrante del circuito, mejorando, además, el rendimiento energético de la instalación.
Los mejores meses para purgar los radiadores serán los de septiembre y octubre, justo antes de que comience la época fuerte de la calefacción. Por tanto, no habrá que esperar que las temperaturas bajen y a que necesitemos encender la calefacción. Si no se ha purgado antes, la calefacción no funcionará correctamente, produciendo un gasto en energía y dinero.
Ese purgado se podrá realizar desde casa siguiendo una serie de consejos básicos. Lo primero que deberás hacer será comprobar si se necesitan purgar todos los radiadores. Para ello, habrá que encender la calefacción y pasar la mano por la parte más superior del radiador. Si esta está más fría que la parte inferior, significará que tiene aire. Deberás comprobar primero el radiador que esté más cerca de la caldera.
Para purgarlos deberás seguir el flujo natural del agua; como hemos dicho, desde el más cercano a la caldera hasta el más alejado. Para hacerlo, habrá que colocar un recipiente debajo de la llave, evitando que se moje el suelo una vez que comience a salir el agua.
Lo siguiente será girar la llave con un destornillador. De esta manera, comenzará a salir aire junto con un poco de agua. Una vez que comience a salir un gran chorro se deberá cerrar la llave, ya que esto significará que ya ha salido todo el aire.
Deberás repetir esta operación en todos los radiadores. Además, tras terminar cada purgado habrá que revisar que la presión de la caldera está entre 1 y 1,5 bares, ya que el purgado suele bajar el nivel de presión. En el caso de que los radiadores tengan una válvula automática no habrá que purgarlos, ya que esto sucede solo.