En enero de 2021, Tamara Falcó anunciaba a través de sus redes sociales que se había comprado una casa. La hija de Isabel Preysler había visto unos pisos que le parecieron "de ensueño", un proyecto diseñado por el arquitecto Joaquín Torres y que estaban al lado de la casa familiar en la que ha vivido toda la vida. "Y por fin, gracias a Dios y después de muchísimo esfuerzo, me he animado a comprar uno", contó emocionada el pasado año.
A pesar de que la colaboradora de televisión estaba "emocionada" por construir su hogar en 2021, las obras se han atrasado y aún no ha podido mudarse. En el vídeo que encabeza esta noticia puedes ver cómo es el exterior del edificio, que ya parece estar prácticamente terminado, y como será la zona en la que vivirá Falcó a partir de ahora. En las imágenes se aprecia que hay un equipo de limpieza que está acondicionando los pisos para que estén perfecto y la finalización de las obras está prevista para estas próximas semanas.
El pasado año, cuando contó públicamente la decisión que había tomado, la hija de Isabel Preylser explicó que se trataba de un ático "chiquitito y precioso con todos los detalles escogidos minuciosamente". Joaquín Torres, el encargado de este proyecto, es uno de los arquitectos más famosos y no dudó en mostrarle su cariño: "Me alegro muchísimo de ser el arquitecto de tu próxima casa. Te mando un abrazo enorme y puedes contar conmigo y con mi estudio para todo lo que necesites".
En este vídeo puedes ver más detalles de la que será la casa de Tamara Falcó. Más allá del interior, que contará con todos los detalles de decoración, la urbanización es de lujo y tiene todo lo necesario: piscina, spa, gimnasio ¡y hasta zona gourmet! Estos son algunos de los privilegios con los que contará la hija de Isabel Presyler, que también se decidió por estos pisos por su localización, ya que se encuentran muy cerca de la casa de su madre y están en pleno centro de la capital pero rodeados de naturaleza. Por el momento habrá que esperar para que Tamara pueda instalars en su nuevo hogar, ¡pero no falta nada!