El 2020 fue un año convulso para todos. Y para algunas vips, no solo en lo que respecta a la pandemia y sus implicaciones profesionales. Para Vanesa Romero, supuso el fin de su historia de amor con Alberto Jiménez y el inicio de una nueva relación con el productor musical Emilio Esteban. Pero además, la actriz vivió otro importante cambio en su vida: una mudanza. Vanesa decía adiós a la casa en la que había vivido los últimos tres años, y en diciembre se instalaba en su nuevo hogar, en una urbanización a las afueras de Madrid. Una vivienda que, gracias a sus vídeos y sus publicaciones en redes, hemos podido conocer al detalle por dentro en estos meses.
La mudanza tuvo que ser pospuesta durante bastante tiempo debido a las circunstancias, pero ahora que está en su nuevo hogar, ha reconocido que es el lugar del mundo "en el que mejor se siente". Y en estas semanas ha dado a conocer a sus 1,2 millones de seguidores en Instagram y sus 434 mil suscriptores en YouTube buena parte del interior de ese "trocito de corazón", un inmueble con 270 metros cuadrados, jardín y piscina, decorado en colaboración con la firma Banak Importa.
La luminosidad es una de las notas principales de la vivienda, que cuenta con tres plantas: ya desde el recibidor se aprecia gracias a las paredes blancas, los suelos en color crudo y las grandes cristaleras al fondo. La interconexión es otra característica: los espacios están abiertos y apenas hay divisiones entre ellos.
La entrada cuenta con una gran puerta en blanco, con un felpudo que la propia Romero colocaba en el vídeo de inauguración que compartía en su canal de YouTube. Una vez dentro, se accede a un espacio amplio, que se abre a varias habitaciones interconectadas y que está presidido por una escalera completamente visible en el centro, en crudo y negro.
El salón es una zona abierta a la que se accede desde el vestíbulo principal. Con vistas al jardín a través de un gran ventanal y de un estilo industrial que combina tonos básicos con notas de color, es la estancia preferida de Vanesa para relajarse y pasar tiempo "en paz". Cuenta con un impresionante techo abuhardillado en madera y vigas blancas.
La madera es, de hecho, una de las notas principales de la sala: bajo el enorme televisor de 100’’ pulgadas que ocupa una de las paredes se sitúan dos muebles en este material, llenos de elementos decorativos. Y de madera y metal es también la mesa de centro, con varios libros de tendencias sobre ella. Completan el salón los sofás blancos, que forman una ele y están cubiertos de cojines de distintos colores, tamaños y tejidos, una enorme alfombra en color azul grisáceo y multitud de plantas.
Próxima al salón está la zona de comedor, que cuenta con una mesa amplia, también en madera robusta y de estilo industrial, que Romero ha señalado como su "pieza favorita" de la casa. Está rodeada de seis sillas cuyos tapizados combinan el gris perla con el verde menta y el amarillo mostaza. La estancia, de techo más bajo que el salón, ofrece un aspecto muy acogedor gracias a una alfombra beige, una gran lámpara de metal y con luz cálida, y una impresionante pared en tonos tierra de lo que parece cerámica, que contrasta con el blanco del resto del lugar. Cuenta también con una importante vitrina llena de libros y ropa de mesa.
La cocina es la estancia que enseñado con mayor nivel de detalle, mediante varias publicaciones y un 'kitchen tour' específico. Reformada con respecto a la original que traía la casa, es un espacio bastante amplio que Romero ha reconvertido en una "zona de encuentro" en la que poder pasar mucho tiempo. Una enorme isla ocupa el centro, con fregadero, zona de trabajo y de mesa, mientras los electrodomésticos están integrados. El blanco predomina en una estancia con mucha luz, (leds en el suelo y con dos grandes lámparas en negro y madera en el techo) y con amplias posibilidades de almacenamiento.
El dormitorio principal se sitúa en la primera planta del edificio. Muy luminoso también, y con abundancia del blanco, la cama de matrimonio está rodeada de dos mesillas en madera clara y sendas lámparas con detalles en dorado. La ropa de cama cuenta con varias capas en tonos pastel, a juego con el gran cabecero mullido en color aguamarina. Tras la pared del cabecero se encuentra un amplio vestidor.
En la planta superior, Vanesa cuenta también con un despacho en el que se potencia la luz natural, con mesa de trabajo y dos estanterías, todo en blanco y el mismo techo abuhardillado que en el salón. Asimismo, dispone de una habitación de invitados con cama nido y un impresionante espejo.
La casa tiene, por lo demás, un sótano amplio, con zona de lavado y un salón, al que se accede por unas escaleras abiertas en el vestíbulo principal, bajo las que suben a la primera planta. En el jardín, Vanesa cuenta con una zona de terraza cubierta con sofás, y una piscina al aire libre.