Este fin de semana ha arrancado la edición número 72 del Festival de Cine de San Sebastián y entre las películas protagonistas de estos primeros días figura uno de los estrenos españoles más esperados del año, con permiso de ‘La habitación de al lado’ de Pedro Almodóvar. Se trata de ‘La virgen roja’, el nuevo trabajo de la directora Paula Ortiz, que vuelve a fijarse en una figura femenina histórica de renombre después de ‘Teresa’. En este caso, esa figura es doble y es la que forman Aurora Rodríguez Carballeira y su hija Hildegart, concebida y educada por su madre para ser “la mujer del futuro”, la que tenía que cambiar el devenir de las mujeres en la España de las primeras décadas del siglo XX.
La historia, sin embargo, acabó mal. La muerte de Hildegart a manos de su madre, en 1933, es uno de los crímenes más célebres de la crónica negra nacional y, al mismo tiempo, uno de los menos conocidos en la actualidad. Y eso que hay unos cuantos libros sobre Aurora e Hildegart (el último, ‘La madre de Frankenstein’, de Almudena Grandes) y, en 1977, Fernando Fernán-Gómez dirigió la que, hasta ahora, era la única película española de ficción sobre el tema, ‘Mi hija Hildegart’, con Amparo Soler Leal y Carmen Roldán como protagonistas. Así que ‘La virgen roja’ va a redescubrir la historia a toda una nueva generación de espectadores.
Lo que cuenta la película es el proyecto de Aurora Rodríguez, una mujer de buena familia de Ferrol, por “crear” a la mujer del futuro. Y, por supuesto, que ella fuera quien dirigiera sus pasos. La concibió buscando un hombre que cumpliera unas características determinadas y cuyo rol sería simplemente ese y, en cuanto fue posible, empezó a educarla para que fuera una niña prodigio: aprendió a leer con dos años, a escribir con tres, con cuatro sabía mecanografiar y, con 18, era ya abogada, estaba estudiando Medicina y daba conferencias y charlas políticas. Publicó libros sobre sexología que llegaron a llamar la atención del escritor H.G. Wells y de Havelock Ellis, sexólogo británico, y se interesó enormemente por la política como una manera de lograr reformas importantes para las mujeres, mientras su madre quería que se involucrara más en la Liga Mundial para la Reforma Sexual.
Esas desavenencias, que se trasladaron a otros ámbitos de sus vidas, terminarían con el asesinato de Hildegart mientras dormía a manos de su madre, que le disparó tres veces en el pecho y una en la cabeza. En el muy mediático juicio por ese crimen, la propia Aurora reconocería que lo había hecho porque "su hija estaba empezando a seguir su propio camino", ya no estaba enteramente bajo su control. El veredicto, además, generó un intenso debate sobre el estado psicológico de la madre y la paranoia que la había llevado a tomar aquella decisión.
‘La virgen roja’ aterriza en San Sebastián antes de su estreno en cines, previsto para el 27 de septiembre, como la gran apuesta cinematográfica hasta ahora de Amazon en España, algo que se aprecia no solo en el paso por el Zinemaldi sino en que, además, será la primera vez que una película original de la marca pase por salas antes de que se vea en su plataforma. Y está rodeada de una gran expectación porque la encargada de interpretar a Aurora Rodríguez es Najwa Nimri, que vive desde hace algunos años un segundo estrellato gracias a sus participaciones en ‘Vis a vis’, ‘La casa de papel’ o la reciente serie de hospitales de Netflix, ’Respira’.
Con ella, la actriz que da vida a su hija es Alba Planas, una joven descubierta en la ficción juvenil ‘SKAM España’ que, después, ha sido vista en otras series como ‘Express’ o ‘Días mejores’. Sobre ambas recae el peso de transmitir en pantalla la complicada relación entre Hildegart y su madre, marcada por la enorme ambición de la segunda, por la convulsa situación política de la España de la época y el distanciamiento que fue produciéndose entre ambas conforme la hija fue creciendo. En el reparto encontramos también a Patrick Criado como un joven socialista que mantenía algún tipo de relación con Hildegart, y del que se rumoreó en su momento que había sido el detonante de la paranoia de la madre que cristalizó en el asesinato.