Es uno de los actores más conocidos y de mayor éxito de nuestro país, pero en su juventud nada parecía indicar que su vida fuera a transcurrir por estos derroteros. José Coronado no viene de una familia de actores. Nació en Madrid en 1957 en el seno de una familia acomodada. Su padre era ingeniero de Telecomunicaciones y probablemente nunca imaginó que la vida del mediano de sus hijos iba a estar ligada al mundo del espectáculo. Y menos, cuando tras terminar el instituto se matriculó en Medicina.
Durante dos años, en su familia pensaron que se convertiría en el doctor Coronado, pero, después de dos cursos, abandonó la carrera y decidió probar suerte con otra. Y de las ciencias se pasó a las letras. Empezó Derecho. Sin embargo, aquello tampoco cuajó. Tras cuatro años, también dejó la carrera. "Acabé siendo un perfecto jugador de mus y póker", reconoció años después cuando ya era un actor consagrado.
Eso sí, aunque ni se convirtió en médico ni en abogado, sí que reconoce que el paso por la universidad marcó su carácter. "Era muy vago y pasaba el mayor tiempo del día en la cantina. Los cuatro años de Derecho y los dos de Medicina me hicieron disciplinado. ¡Bendita universidad! Yo aconsejo a cualquier chaval joven que se forme, porque siempre es una herramienta muy útil".
Aunque la interpretación no había llamado a su puerta por aquel entonces, sí que había recibido ofertas de agencias de modelos para hacer algunos anuncios. Sin las ideas demasiado claras, le llegó una oferta que no pudo rechazar. "Un anuncio de whisky en Menorca, con dos suecas en un barco, y me pagaban una pasta". El actor no desaprovechó la oportunidad. Aceptó y eso marcó el comienzo de su nueva vida.
El actor lo vio claro y comenzó a trabajar como modelo en España y Europa. Sin embargo, después de algunos años viajando, decidió regresar a nuestro país y convertirse en empresario. Con la experiencia adquirida decidió pasar al otro lado y montó una agencia de modelos.
Su carrera como empresario no terminó ahí. Después de esta aventura, abrió también una agencia de viajes y cuando ya era un actor reconocido abrió un restaurante en Madrid, cuya inauguración no quiso perderse nadie. Paloma Lago y su entonces marido, Javier García Obregón, la miss Juncal Rivero o la actriz Mirta Miller fueron algunos de los invitados que asistieron a este evento que fue recogido por todas las revistas.
Sin embargo, pese a ese éxito como modelo, Coronado decidió dar un giro a su carrera y empezar una nueva etapa. Después de probar con la medicina, al abogacía y el modelaje, pareció encontrar su camino. Antes de los 30 empezó a dar clases de interpretación en la prestigiosa escuela de Cristina Rota, madre de María y Juan Diego Botto y Nur Levi.
No tardó en destacar. Su talento llamó rápidamente la atención y en 1987 debutó en la obra 'El público' y participó también en la película 'Waka-Waka'. Y desde entonces no ha parado de trabajar. Desde entonces ha participado en más de medio centenar de películas, una veintena de series de televisión, diez obras de teatro, ha protagonizado numerosas campañas publicitarias y ha alcanzado el reconocimiento de público y crítica. Ha ganado dos Goyas, dos Fotogramas de plata y un Premio de la Unión de actores, entre otros reconocimientos.
En 1987, cuando su carrera como actor empezaba a despegar conoció a Paola Dominguín. La pareja se enamoró locamente e iniciaron una relación muy intensa. Poco tiempo después, en abril de 1988 llegaba al mundo su hijo, Nicolás, que ha seguido sus pasos. Desafortunadamente, tres años después de dar la bienvenida a su primer hijo la pareja ponía punto y final a su romance. "Es buena persona pero mala pareja", ha confesado Paola Dominguín.
Dos décadas después, en el año 2001, José Coronado conoció a Mónica Molina durante un desfile de Roberto Torretta. Su relación estuvo marcada por las idas y venidas. Después de algunos baches, en 2002, la pareja retomaba su historia de amor y en diciembre de ese mismo año se convertían en padres con la llegada de Candela, una joven que a día de hoy vive alejada del foco mediático y lleva una discreta vida a pesar de la fama de sus padres. Apenas tres meses después de su nacimiento, sus padres anunciaban su separación definitiva.
Aunque Nicolás y Candela son lo más importante de su vida y está feliz con su faceta como padre, el actor no ha dudado en reconocer en alguna ocasión que le hubiera gustado tener "una vida de pájaro libre, más egoísta" puesto que le hubiera permitido hacer otras muchas cosas a las que ha renunciado por ellos. "He dejado de hacer muchas cosas en mi profesión para poder estar con mis hijos como irme a trabajar fuera", ha dicho en alguna ocasión, Coronado, que pese a esas renuncias a logrado convertirse en uno de los actores más importantes de nuestro país.
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