La 97.ª edición de los Premios Oscar tendrá lugar en el Dolby Theatre de Hollywood, Los Ángeles, el 2 de marzo de 2025 y, entre todos los premios que se entregarán ese día, los que reciben los actores por su interpretación son algunos de los que generan más expectación. Este año entre los nominados destacan los nombres de la española Karla Sofía Gascón por Emilia Pérez, Demi Moore por La sustancia, Adrian Brody por The Brutalist o Ralph Fiennes, por Conclave. Desde 1929, cuando se celebró la primera gala, son muchos los actores y actrices que han subido al escenario a recoger su estatuilla. Pero ¿sabes quién ha sido la persona más joven en ganar un premio Oscar? Te lo contamos.
A los pocos años de empezar a entregarse estos famosos premios, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas decidió incluir una categoría que reconociera el trabajo de los menores de 18 años. Así nació el Oscar juvenil, que se entregó por primera vez en 1935. La ganadora del Oscar fue la pequeña Shirley Temple por la película Bright Eyes, en el que fue su primer papel protagonista cuando solo tenía seis años. Podría decirse que es la persona más joven en ganar un Oscar, pero lo cierto es que se trataba de una categoría especial. En lo que no hay discusión es en que se trata de la actriz más joven en poner las huellas de pies y manos en el exterior del Grauman 's Chinese Theatre.
Al parecer, el Oscar juvenil se amparaba en que no era justo que niños y adultos compitieran en igualdad de condiciones, ya que en el caso de los niños, el trabajo se realiza como un juego y, por normal general, se comportan ante la cámara tal y como son, aunque reciban indicaciones de un director. En cambio, en el caso de los adultos hablamos de una profesión y de un trabajo interpretativo cualificado. La categoría de Oscar juvenil duró hasta 1961, año en que lo recogió Hayley Mills, que en aquel momento tenía 14 años.
Eliminadas las distinciones por edades, llegamos hasta 1973, el año en que Tatum O’Neal, que tenía en ese momento 10 años, rodó la película Luna de papel. Supuso su debut en la gran pantalla y, al mismo tiempo, le hizo ganar el Oscar a la mejor actriz de reparto al año siguiente. Tatum nació en 1963 en Los Ángeles y era hija de los famosos intérpretes Ryan O'Neal y Joanne Moore. De hecho, en Luna de papel trabajó junto a su padre, que era el protagonista de la película.
Su interpretación de Addie Loggins le proporcionó todo tipo de elogios, además del Oscar. Para muchos estaba claro que la química que tenía con Ryan O’Neal se debía al hecho de que fueran padre e hija, pero sin dejar de destacar la calidad de su interpretación. De hecho, todos auguraban que la carrera como actriz de Tatum no había hecho más que comenzar y estaría marcada por el éxito. Pero no fue así.
En las décadas de los 80 y los 90, apenas rodó una decena de películas, y su vida personal no fue ni mucho menos idílica. Sus padres ya se habían separado cuando ella tenía 4 años, entre otros motivos por las adicciones de su padre, que volvió a casarse, esta vez con Farrah Fawcett. Su madre cayó en una profunda depresión que la llevó a terminar internada en un psiquiátrico.
El que en aquel entonces era el novio de su madre, asumió el cuidado de Tatum y de su hermano Griffin. Sin embargo, la actriz contó años más tarde en sus memorias, A Paper Life, publicadas en 2024, que les propinaba palizas constantemente. Además, en su cuenta de Instagram, habló de cómo había sido agredida sexualmente entre los 6 y los 15 años. Su adicción a las drogas la llevó a una sobredosis que la tuvo en coma durante seis semanas y de la que se recuperó milagrosamente, tal y como ella afirma. Hoy es una actriz recuperada de las adicciones del pasado y que se enfrenta a la vida con valentía y optimismo.
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