Tras el anuncio de su separación de Raquel Perera y las imágenes que relacionan a Alejandro Sanz con la artista cubana Rachel Valdés, el cantante tiene aún otro tema pendiente. La justicia española le ha condenado a pagar más de cinco millones de euros a su exrepresentante, después de que este rompiera su contrato tras 25 años trabajando juntos. Una decisión que parece no haber sentado demasiado bien a Alejandro, que ha dejado una indirecta en sus redes tras lo ocurrido: “Con ojos en la espalda”, ha escrito Sanz.
Aunque han trabajado codo con codo durante más de dos décadas, su ahora exrepresentante Rosa Lagarrigue comenzó una guerra judicial contra Alejandro Sanz en 2017. “Demandar a Alejandro ha sido lo más triste de mi vida profesional”, confesaba Rosa, que reclamaba al cantante alrededor de nueve millones de euros por incumplimiento de contrato. Esto les hizo verse las caras en los juzgados en varias ocasiones, la última el pasado mes de julio, cuando ambos acudieron hasta allí acompañados de sus respectivos abogados antes de conocer la sentencia.
Dos meses después de su último cara a cara, ya sabemos con que cifra tiene que indemnizar Sanz a Rosa. El juez ha condenado al artista a pagar 5.430.022,27 euros, según la sentencia del 9 de septiembre, que se ha hecho pública este lunes en Madrid, donde declara injustificada la resolución del contrato de representación artística que vinculaba a ambas partes. Una resolución que ha hecho reaccionar al cantante. Aunque no ha hecho referencia directa al tema, en su última foto, Alejandro ha compartido una reflexión con sus seguidores, que bien podría tratarse de un pullita a la que fue su mano derecha desde sus comienzos: “Con el tiempo aprendes a vivir con ojos en la espalda”, escribía el cantante.
Pero la decisión tomada por el juez no es definitiva. Alejandro puede recurrir a dicha sentencia: "La sentencia dictada no es firme, siendo susceptible de ser recurrida en apelación", dice el escrito. Fue en 2016 cuando Alejandro Sanz decidió poner fin a su vínculo contractual con RLM S.A., la entidad de Rosa Lagarrigue que se encargaba de la representación artística del cantante. Según publicó El Mundo, Alejandro no se fiaba de los números que figuraban en sus cuentas y pidió que se le realizara una auditoría, acabando así su vinculación laboral. Una decisión que Alejandro tomó sin previo aviso, lo que molestó a la que fue su manager: “La ruptura fue completamente unilateral y con contrato vigente, es decir, que ni fue hablada ni consensuada. Lo que es muy doloroso, claro”, admitía Rosa al diario El País.
Fue poco después del enigmático comunicado con el que anunciaba su separación de su mujer de Raquel Perera, y en plena guerra judicial, cuando se relacionó a Alejandro Sanz con una artista cubana. Se trata de Rachel Valdés, con la que fue vista hace unos días por Miami. Una joven de 27 años, dedicada al arte y la fotografía, y que además es modelo y madre de un niño de cinco años.