Gisela Lladó, embarazada de cinco meses, ha recibido el alta tras cinco días ingresada en el hospital de urgencia. La artista preocupaba a sus seguidores con un vídeo desde una clínica en donde explicaba que tenía una piedra en el riñón, lo que complicaba su gestación. A sus 44 años, la exconcursante de Operación Triunfo, ha cumplido su sueño de ser madre, tras un duro proceso de fertilidad. Sin embargo, cuando parecía que todo iba bien, la cantante sufría este percance de salud del que ha salido con un buen pronóstico.
A primera hora de la mañana del pasado 6 de diciembre, Lladó reaparecía en sus redes sociales dos días después de la última actualización de su estado de salud. Aún ingresada en el hospital, la artista desvelaba que, finalmente, tuvieron que intervenirla.
"Llevo un par de días un poco desaparecida. Sigo ingresada, no sé cuándo me iré para casa. Al final la dichosa piedra no ha salido por sí sola. No ha salido, de hecho. Me han tenido que intervenir, poner un parche hasta si Dios quiere, el final del embarazo. Afortunadamente se ha podido hacer esta solución entrecomillas. Es una solución que espero que sirva durante el embarazo. Es molesto y desagradable", comenzaba diciendo.
Con la voz entrecortada, la que fuera compañera de edición de David Bisbal y Chenoa en OT confirmaba la mejor de las noticias: su embarazo seguiría adelante: "De momento el embarazo sigue para adelante. Han estado controlando en todo momento el latido, que estuviera bien. Para mi creo que es lo más importante, al margen de mi. Yo había momentos que pensaba que no iba a poder".
Además, aprovechó el momento para agradecer a todo el personal sanitario la atención recibida durante los últimos días, tan delicados física y emocionalmente: "Afortunadamente estoy en buenísimas manos. Me han cuidado en un hospital con una profesionalidad y una calidad humana y una atención inmejorable. Me siento muy afortunada. Está siendo duro, no os voy a engañar, pero con ganas y esperanza".
Horas después de compartir estos stories, la artista reaparecía en su cuenta personal para comunicar que "había recibido el alta". Una noticia que no dudaba en compartir ya desde su casa, en donde seguirá cuidándose allí. Sin embargo, horas antes aparecía frente a los medios, a su salida del hospital, en donde hizo un balance de su ingreso.
"Una infección en el riñón es muy peligrosa a nivel vital, puedo morirme yo, el bebé y ser un cuadro pues muy fatal, lo que se quería evitar era eso. Entras en shock, convulsionas, es un dolor inhumano. No me podían poner medicación que normalmente se pone a este tipo de cuadros porque estoy embarazada, entonces el dolor era bastante más incontrolable. He pasado tres días que no se los deseo a nadie".