Nia Correia vive el mejor momento de su carrera. Acaba de hacer historia en Latinoamérica al ganar la Gaviota de Plata en el festival de Viña del Mar, uno de los certámenes musicales más importantes del mundo, y su energía contagiosa no pasó desapercibida en los Premios Dial en Tenerife.
Desde allí, en exclusiva para Divinity, la artista canaria nos habló largo y tendido sobre sus emociones tras el triunfo, pero también quiso alzar la voz sobre asuntos que siguen pesando en la industria musical: el machismo, la discriminación por edad y la invisibilización de los acentos regionales.
“Estoy súper feliz de haber ganado la Gaviota de Plata y traerla a España. Es un festival muy importante, por donde pasan artistas muy grandes, y que me hayan dado ese reconocimiento me hace muy feliz”, nos cuenta con los ojos brillando y una sonrisa sincera. La artista compitió en Chile con el tema 'Caminito de lamento', conquistando al público latino y demostrando que su talento no conoce fronteras. Un triunfo que supone, además, un nuevo comienzo: “Parece que tienes que ir fuera para que te valoren”, decía recientemente en otra entrevista, y lo cierto es que ahora su proyección internacional es imparable.
Aunque su agenda profesional está llena —participará en las galas más importantes del Carnaval en su tierra y ya planea su próxima gira—, Nia quiso aprovechar nuestra conversación para lanzar un mensaje importante sobre la situación de las mujeres en el sector.
“Parece que cada vez estamos más concienciados y se nos da más hueco a las mujeres, pero me he dado cuenta de que esos huecos son para mujeres muy jóvenes”, reflexiona con serenidad. “Cuando te acercas a los treinta y pico ya no hay tanto hueco, tanto en las series como en la música. Y eso es un error, porque todos tenemos que sentirnos identificados. Después de los 32 no estamos muertas. Las mujeres somos maravillosas e igual de válidas a cualquier edad”.
A sus 31 años, Nia ha demostrado que la edad no es una barrera para evolucionar, brillar y crecer profesionalmente. Desde que la descubrimos en televisión nacional —primero en El Rey León, después en OT 2020, donde se alzó como ganadora—, la canaria ha dejado huella en todo lo que ha tocado: musicales, formatos televisivos, actuaciones en grandes eventos e incluso las Campanadas junto a Roberto Herrera. Sin embargo, no ha sido un camino fácil. Hace apenas unos meses, decidió romper con su discográfica para perseguir la libertad artística que no encontraba dentro de la industria. “Estoy orgullosa de la música que hago”, dijo entonces, y esa seguridad se refleja en cada paso que da.
Otra de las batallas que Nia ha librado es la de preservar su acento canario, un sello que forma parte de su identidad. “Cuando alguien te contrata para actuar, quiere tu esencia. A mí me han intentado quitar el acento canario muchísimas veces y no lo han conseguido”, nos explica con firmeza. Recuerda especialmente una experiencia en una serie donde le pidieron usar dicción neutra. Fue Sebastián Yatra quien la defendió en aquel momento: “Comentó que sería mucho más interesante y más natural porque sería mi esencia”. Finalmente, pudo grabar con su acento, y la experiencia fue liberadora. “El acento es esencia y costumbres”, recalca. Un mensaje claro para una industria que muchas veces impone uniformidad a costa de silenciar la autenticidad.
La artista, que lleva años trabajando sin parar y que incluso ha colaborado con leyendas como Celia Cruz, reivindica el reconocimiento al talento local. "Quiero que Canarias ponga en valor a los artistas de su tierra, que no se priorice siempre lo de fuera", comentaba recientemente.
Más allá de las cifras, las plataformas o los rankings de oyentes mensuales, Nia sigue apostando por una carrera sólida, coherente y auténtica. Y si algo ha demostrado, es que la constancia, la valentía y la honestidad artística tienen recompensa. ¿Quieres saber todo lo que nos dijo en exclusiva? ¡Dale play!