Las aulas son espacios propicios para la veloz propagación de enfermedades. Los niños tienen un sistema inmunológico aún en desarrollo y son especialmente propensos al contagio. Esto conlleva a que los menores, inevitablemente, acaben transmitiendo sus enfermedades al resto de su entorno. Y si no que se lo cuenten a María Castro, que se está recuperando de un "virus estomacal de escuelas infantiles" que le ha provocado una inflamación del estómago. “Ya se está yendo, pero mi pancheta está…”, compartía un vídeo frente al espejo donde enseña la hinchazón de su tripa.
La actriz viguesa, que se encuentra “mejor” gracias a las “sopitas” de su madre, bromeaba con el hecho de que parezca que está embarazada de dos meses. Además, horas más tarde, tumbada en su cama y mucho más animada, María compartía una anécdota por la que no podía parar de reír. Una señora le ha dicho, tras enterarse del origen del contagio, que las escuelas infantiles son “laboratorios bacteriológicos para poner a prueba a las familias a modo de cobayas”. Le ha hecho tanta gracia esta definición que se atreve a decir que es “lo más ingenioso que he oído” en mucho tiempo.
Un contratiempo de salud que la actriz se está tomando con sentido del humor y del que está compartiendo novedades en su cuenta de Instagram, donde acumula más de 700 mil seguidores, al igual que hizo con su diástasis abdominal o las quemaduras que tuvo por su cuerpo tras sufrir un accidente doméstico.
Estas vivencias, aspectos inéditos de su vida privada, recetas fáciles de elaborar, sus proyectos, juegos educativos, anécdotas familiares u opiniones o sentimientos relacionados con la maternidad son algunos de los temas que conforman las redes sociales de María Castro, que hace unos meses reflexionaba sobre el paso del tiempo y lo mucho que han crecido sus dos hijas.
La intérprete reconocía que cada vez se da "más cuenta" que las menores, Olivia y Maia, empiezan a ser "menos nuestras y más del mundo". "De hecho, realmente, nunca fueron 'nuestras'. Estaremos siempre para sujetarlas, arroparlas y olerlas si se dejan, pero han nacido para volar solas algún día, mientras vigilamos su trayectoria, la mayoría de las veces, sin opción de cambiarla", entendía que esto es ley de vida, aunque para ella siempre serán “pa mí pa siempre”. Una reflexión que fue compartida y aplaudida por otras madres que compartían sus sentimientos.