Miguel Ángel Muñoz tenía tres años cuando sus padres, que trabajaban mucho, le pidieron a Luisa Cantero, hermana de su bisabuela, que cuidase de él. Esa etapa duró tan solo tres años, pero fue más que suficiente para que naciese una estrecha relación que han ido forjando con el paso de los años. El actor cumplió 15 años y su vida no era la de un niño normal: daba conciertos por todo el país, se convirtió en un de los intérpetes más famosos por su paso por 'Upa Dance' y tenía pasión por el deporte. Pero a partir de esa etapa adolescente se giraron las tornas y fue él quién no pudo dejar de estar pendiente y cuidar de su 'Tata'.
Hace unos años, cuando él vivía en México, un pequeño susto de salud por parte de Luisa le hizo darse cuenta de que su 'Tata' no iba a vivir eternamente. Por eso sintió la necesidad de grabar un documental de los momentos más divertidos que iban a vivir juntos. En un primer momento se trataba de algo personal, pero llegó la pandemia y el actor creyó que los valores que trasmitian debía compartirlos con el público. Hablamos en exclusiva con Miguel sobre su primer trabajo como director, la relación con su tía abuela, la vejez y el miedo a la muerte.
¿Cómo nace '100 días con la Tata'?
El proyecto nace hace más de diez años, que es cuanto siento la necesidad de tener el mejor documento gráfico de mi Tata y de nuestra relación para la eternidad. Hace seis años me decido y formo a un equipo de 25 personas para grabar una peli para nosotros. Nos lo pasamos tan bien que pienso que es lo mejor que nos ha pasado en mucho tiempo, me ha gustado estar detrás de la cámara y nuestra historia trasmite unos valores que me gustaría compartirlo con el público.
Pienso que voy a dirigir una película de ficción usando ese material, escribo un guión y cuando lo tengo todo más o menos claro y atado, llega la pandemia y me para el proyecto. Entonces, por el hábito que yo tengo de grabar con mi Tata, grabo mucho material durante la pandemia pero sin saber que iba a hacer esta película y que lo iba a mostrar, sobre todo porque hay imágenes muy íntimas. No sabía qué iba a hacer con el proyecto, pero tras el fenómeno viral que surgió con los directos, decidí que quería contar otra historia y que tenía que mostrar la verdad de lo que me pasaba y cómo hemos vivido nuestra experencia durante la cuarentena.
Me costó mucho dar con la escaleta para contar bien realmente la necesidad que yo tenía. Un día siento que mi Tata no es eterna, que algún día no estará conmigo y tengo la necesidad de investigar sobre eso a nivel terapeútico y quiero disfrutar con ella, con la máxima alegría, todo el tiempo que sea necesario. Han pasado diez años y aquí seguimos, estoy muy feliz.
No te veías preparado para estar encerrado 24 horas. Tú la has ayudado a ella, ¿ella te ha ayudado a ti?
Sin lugar a dudas. Yo, lo que hice durante el confinamiento, es lo que tenía que hacer. Cualquier persona que estuviera en mi situación lo habría hecho. Efectivamente, en la película se ve como en esos 100 días ellas está mejor que nunca. Y fíjate lo paradójico que es, ya que fuera estábamos viviendo una realidad completamente distinta, muy complicada, y sobre todo las personas mayores.
Pero yo tengo que decir que no sé cómo habría sido mi pandemia si no hubiese estado con ella, a pesar de que ha sido muy duro en muchas ocasiones por lo que conlleva cuidar a una persona mayor durante 24 horas, más de cien días, en un espacio tan reducido sin poder salir de casa. Pero yo estaba tremendamente feliz, divirtiéndome, supercreativo con todo lo que hacíamos cada día. No tuve la sensación de estar aburrido, encerrado, con ganas de salir, a pesar de lo hiperactivo que soy yo y la cantidad de cosas que hago cada día.
Mucha gente pensó al principio que se trataba de tu abuela, pero Luisa es la hermana de tu bisabuela, la persona que te cuidó de pequeño, ¿cómo era vuestra relación? ¿Esta unión y este tiempo juntos la ha mejorado?
No, no. Realmente tenemos esta relación tan excepcional desde siempre. Y yo creo que por eso hemos podido estar tantos días juntos y hemos tenido solo un conflicto. Sin embargo, al menos a mí, me ha servido para darme cuenta de temas muy importantes con ella: de cuánto nos queremos, del amor que tenemos el uno por el otro y de cuánto nos parecemos. Yo tengo mucho de mis padres en muchísimas cosas, pero no era consciente de que ella me había marcado tanto.
Tus padres recurrieron a ella cuando eras pequeño para que pudiese cuidarte mientras trabajaban, ¿qué recuerdos tienes de tu infancia?
También es curioso porque viendo esta imagen parece que me ha cuidado toda mi vida, pero no, no es así. Mi Tata me cuida muy intensamente de mis 3 a mis 6 años. Los primeros tres años, principalmente me cuidaba mi abuela materna y después había otros familiares que ayudaban a mis padres que trabajaban tanto.
Pero el vínculo que creamos fue tan fuerte que nos ha llevado a no separarnos nunca y a tener la necesidad de estar siempre pendeinte de ella, a pesar de la vida extraña que he tenido como niño, trabajando, con cierto éxito a nivel popular y haciendo películas y series. Pero nunca me olvidé de la relación que forjamos y siempre he tenido la necesidad de compartirlo con ella. Hasta los 15 años era ella la que se preocupaba de mí y a partir de entonces ha cambiado la balanza y he sido yo el que se ha preocupado por ella.
Con esta película has querido transmitir muchos valores. Uno de ellos explicas que es "aceptar que uno a cierta edad ya no es independiente". Pero no es fácil, ¿cómo afrontas tú eso?
Lo dije cuando recibimos el premio Forqué y me lo recuerdo a mí mismo cada día. Es muy difícil enjevecer, es muy difícil aceptar que te tienen que ayudar, dejarte ayudar y ella es un ejemplo maravilloso de cómo deberíamos intentar hacerlo. La principal manera es aceptar que llega un momento que uno no puede solo y tiene que dejarse ayudar. Y dejarte ayudar desde el agradecimiento, la alegría y el optimismo, es un regalo. Lo dije cuando recibimos el premio Forqué y me lo recuerdo a mí mismo cada día.
Es muy difícil enjevecer, es muy difícil aceptar que te tienen que ayudar, dejarte ayudar y ella es un ejemplo maravilloso de cómo deberíamos intentar hacerlo. La principal manera es aceptar que llega un momento que uno no puede solo y tiene que dejarse ayudar. Y dejarte ayudar desde el agradecimiento, la alegría y el optimismo, es un regalo. Normalmente, cuando las personas no pueden hacer las cosas como están acostumbradas, se enfadan con el mundo. Y eso hace que se enfadan con las de su alrededor y les separa de quiénes quieren ayudarles. Con ella es muy sencillo. Hace diez años le dije que llevase un bastón, lo aceptó y de ahí todo lo que hemos necesitado. Ojalá yo me parezca mucho a ella.
Hay varias cosas a destacar de tus palabras. Una de ellas es que ha tenido momentos difíciles en los que ha pedido "al señor que la lleve". ¿Crees que le has cambiado la vida?
¡Qué va! Uno no cambia a nadie, pero si puede ayudar a que la vida sea un poco mejor. Desde hace mucho años, ya cumplió con la vida y le hubiera gustado no estar aquí. Yo hago lo posible para que el tiempo que esté sea lo más divertido posible y sienta que es imporatnte en la vida. Lejos de ser una personas de la que me tengo que ocupar, me divierte estar con ella, me aporta muchísimo, aprendo cada día y ahora me he convertido en director, algo que he hecho gracias a ella. Eso es importante transmitírselo a las personas que queremos. Parece que no son importantes, pero todas las personas de cualquier edad son importantes para nosotros. Cuando alguien tiene un motivo para vivir, la cosa cambia.
¿Qué es lo que más miedo te da de envejecer? Dices que te has dado cuenta de que no es nada fácil
No sé cómo será, pero a mí me costará mucho aceptar que ya no pueda tener la energía que tengo. No soy excesivamente mayor, pero ya no soy un jovencito. Tengo el cuerpo machacado de todas las cosas que me gusta hacer. En mi hiperactividad, que llegue el momento en el que levantarte sea para sobrevivir, va a ser muy duro. Ahora no soy consciente y no lo seré hasta que esto ocurra, pero ojalá tenga bien la cabeza para darle al play y recordar esto.
¿Cómo afrontas el poder perderla a ella?
El miedo yo creo que es el miedo universal que tenemos todos hacia la muerte y hacia la de las personas que más queremos. No puedo decir que ya no lo tenga, lo decía al final del documental. Será muy difícil. Este tiempo con ella me ha ayudado mucho, he podido compartir más de cien días de tiempo de calidad con ella. He tenido el tiempo de estar, de mostrarnos el amor mutuo y de ser felices. Normalmente, por la vida que llevamos, estoy haciendo mil cosas muy entretenidas pero que te alejan de las personas que más quieres. Mi vida va por un camino y a veces no tengo tiempo de estar con mi familia o con mis amigos y eso lo he podido hacer.
En la película le preguntan a ella si tiene miedo a la muerte y es rotunda su respuesta, ¿y tú, tienes miedo a la muerte?
A la mía no. De hecho, a ella la entiendo muy bien. Yo sé que ella cuando no esté va a descansar, lleva muchos años viviendo por mí. Qué suerte que los está viviendo con mucha alegría. Yo ya he hecho muchas cosas, cuando tenga una avanzada edad estaré como ella, no me dará ningún tipo de miedo. La muerte de los demás sí que la gestionaré como pueda. Llevo preparándome a nivel terapeútico durante muchos años y esto me ayudará mucho.