Lucía Etxebarría está siendo víctima desde el pasado mes de octubre de "una campaña de acoso y derribo organizada". Así define ella misma la polémica que rodea a su último lanzamiento literario, 'Mujeres extraordinarias: una historia de mentiras', obra por la que fue acusada de plagiar a otros escritores el pasado mes de septiembre y que "está siendo retirada de librerías sin que exista una acusación de ningún tipo".
La autora se ha defendido de esta situación a través de un extenso comunicado en el que, antes de ahondar en sus circunstancias personales, ha recordado que no existe "una demanda por violación de la propiedad intelectual". Sin embargo, el usuario anónimo que a través de Twitter inició esta acusación ha gestionado, en palabras textuales de la escritora, una estrategia "planificada, estructurada y coordinada" por la que se habría puesto en contacto con "todas las librerías y medios de comunicación del país" para que su libro deje de comercializarse.
Lucía ha recordado que, según dicta el Tribunal Supremo, "por plagio se entiende todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial" y no, recalca, "de simples ideas", "datos que están en el acervo común" que han sido tomados de fuentes que, a su vez, "han tomado los datos de otras obras". "La absorción de determinados elementos no esenciales de una obra ajena NO denota un plagio, máxime si esos datos a su vez fueron tomados de otras fuentes anteriores", ha manifestado en este texto emitido a los medios y publicado en sus redes sociales.
El origen de la campaña, a juicio de Etxebarría, es que según esa persona que le acusa es "tránsfoba". Esta definición se debe a que en los últimos meses la autora se ha posicionado en contra de la Ley Trans, "un proyecto de ley que pone en peligro la intimidad física y psicológica de los menores, y la integridad de la población reclusa femenina, entre otras razones". Como expresa en su comunicado y ha repetido en sus últimas intervenciones públicas, "no necesitamos una ley nueva que ponga en peligro a las mujeres y a los menores" y que, en su forma de verlo, "no ayuda a las mujeres transexuales".
Esta polémica ha acarreado consecuencias patentes en la vida privada de Lucía Etxebarría. De su trabajo viven su hija y su madre de 94 años, por lo que no puede permitirse "deprimirse ni dejar de trabajar". Esto, además, está "generando una atmósfera asfixiante de hostigamiento y de persecución" que hace que se sienta sometida a tal presión económica y psicológica que sufre de "insomnio y dolores de cabeza". "A mi hija la insultan en el instituto, no me atrevo a salir a la calle sola y recibo mensajes insultantes a diario, a veces con amenazas del tipo 'te voy a pisar la tráquea", ha manifestado a modo de denuncia.