Ni Carmona ni Orellana. Ella quiere presentarse sin apellidos, con su nombre original. Desde que nació, Lucía Fernanda siempre se ha sentido artista, pero criarse entre tanto 'duende' hizo que este mundillo le diese "más respeto de la cuenta". Ahora, después de un tiempo escondida detrás de las cámaras, la hija del líder de 'Ketama' ha comprobado que lo suyo es cantar. Y mientras todo el mundo habla de Rosalía, ella ha decidido seguir esa estela del empoderamiento gitano y poner en práctica todo lo que ha visto en casa. Eso sí, con un consejo de sus padres grabado a fuego: "Dentro de diez años me encantaría ver que ha pasado el tiempo y sigo siendo la misma".
Su debut no ha sido de cualquier manera. Con 'La manta', su primer single, Lucía Fernanda hizo un muestrario de todos sus referentes. Desde el flamenco hasta su parte más hippie, fusionándolo con la cultura india. Un mejunje cultural con el que quiso reivindicar el papel de la mujer gitana y decir 'hasta aquí hemos llegado': "Es una forma de reflejar esa parte más conservadora para escapar de todo ello".
Para este debut musical, Lucía Fernanda ha estado muy arropada por los suyos. Solo hay que ver los créditos de su primer videoclip, donde encontramos mucho nombre conocido. De parte de todos ellos (los Flores, los Carmona, los Orellana...) ha recibido "máximo apoyo" para que diese su mejor versión. "A mí siempre me han dejado ser muy libre. Me han dado muchísima libertad para elegir lo que quiero y lo que no quiero".
Sabe que a partir de ahora se abre la veda. No solo hablarán de su música, sino que también podrán opinar de ella como personaje público. "Estar expuesta da un poquillo de vértigo, poner tu cara ahí y decir lo que sientes impone bastante". De momento, su intención es expresarse a través de su música, con sus letras. "Mi padre siempre nos ha animado a componer y a descubrirnos a nosotras mismas".