Fue una revelación pop para una generación. Y un buen día, cuando cada hit que sacaba superaba en éxito al anterior, se esfumó. Mai Meneses decidió dejarnos sin Nena Daconte sin ninguna explicación. Y de eso han pasado ya diez años. Una larga década alejada de la música que parece haber sido suficiente para reencontrarse consigo misma, huir de la toxicidad de una industria con más oscuros que claros, disfrutar de la maternidad y recargar pilas para volver a cantar. Y también para hablar públicamente de la traumática experiencia que provocó la disolución de la banda que compartía con Kim Fanlo, su expareja y bajista del grupo, con el que a día de hoy no tiene ninguna relación.
Aunque la respuesta fácil era alegar que quería pasar más tiempo con sus hijos, que también, lo que realmente le hizo querer desaparecer fue su profesión. "Me tuve que echar a un lado y entender que a mí el éxito me estaba sentando fatal y que había que arreglarlo", ha contado en una entrevista para la revista Semana. Lo que empezó con el clásico caso del síndrome de la impostora, algo que le hacía creer que no se merecía nada de todo lo bueno que le pasaba, terminó en una paranoia constante con la que era inviable convivir.
"Eso me distorsionó la realidad y ahí fue cuando dije que ya no podía más". Ganar el Ondas, hito que debería haber sabido disfrutar, le provocó tal pico de estrés que su cabeza "petó". "No podía escuchar mi música y tampoco podía escuchar la de otra gente. Me dolía todo el rato", ha explicado Meneses, que tuvo que someterse a un tratamiento médico cuando detectaron que su cerebro "estaba descompensado químicamente".
En este tsunami del que no le quedó otra que huir entraron en juego las adicciones. Concretamente los problemas con el alcohol, un tema sobre el que Nena Daconte ha querido hablar con naturalidad en esta entrevista para el medio ya mencionado. "Me dediqué a evadirme con sustancias. Era una manera de ser feliz momentáneamente. Y eso, a largo plazo, si tienes mucho estrés puede ser un verdadero problema", ha manifestado, insistiendo también en que estos baches no le impidieron cumplir "a rajatabla" con sus compromisos profesionales.
De esta etapa de altibajos formó parte Kim Fanlo, la otra mitad del grupo del que ella era vocalista. El tándem que formaban se fracturó para siempre cuando Mai Meneses le comunicó su decisión de disolverlo. "Él se enfadó muchísimo, insistía en lo contrario", ha narrado a Semana. Pero no lo consiguió.
Doce años después de aquello, no han vuelto a hablar. Pero ella tiene un mensaje para él: "Lo que más me molestó de él fue que no fue mi amigo en ese momento. Si estaba viendo que su compañera estaba perdida, debería haber estado más cerca. Él era consciente de lo que me pasaba, pero no quiso verlo".