Chanel Terrero ha pasado de ser una auténtica desconocida para la audiencia a convertirse en una de las artistas más demandadas del momento. La cantante y bailarina hizo historia en el Festival de Eurovisión 2022 con el primer sencillo de su carrera, ‘SloMo’, consiguiendo un histórico tercer puesto para nuestro país. La catalana atraía a Europa no solo por su pegadizo tema, sino también por su versatilidad sobre el escenario.
Tras una semana completa de ensayos en Turín, nuestra representante ponía toda la carne en el asador y ofrecía un show impecable que la condujo hasta el podio. Lo dio absolutamente todo para sobresalir en la gran final. Ni el juego de luces ni la pirotecnia opacaban a Chanel, que hipnotizaba al público con su chorro de voz, con cada movimiento de su icónica coreografía y con una complicidad con su equipo de baile que traspasaba la pequeña pantalla.
Y ahora, un mes y medio después del festival, nos enteramos que el mérito es aún mucho mayor. Terrero no estaba en su mejor condición física el pasado sábado 14 de mayo. En una reciente entrevista con ‘El País Semanal’, la ganadora de la primera edición del ‘Benidorm Fest’ ha confesado que estuvo bastante indispuesta durante su estancia en Italia, pero que optó por no contárselo a nadie.
“La semana que hice la actuación en Turín estaba muy enferma. Obviamente no era COVID, porque nos hacíamos pruebas todos los días. Pero me levantaba cada mañana tiritando, con fiebre, mal”, recuerda ahora Chanel, que prefirió callárselo porque era consciente de que, “en cuanto diese la voz de alarma, se iba a liar, y lo último que quería era que nada interfiriese en aquel momento”.
No estaba dispuesta a tirar por tierra cuatro meses de promoción intensa por toda Europa. Doce largas semanas en las que también llegó a plantearse si el esfuerzo y trabajo que implican la candidatura merecían la pena: “Hubo un día en el que llegué a casa después de una semana entera de viajar, ensayar y rodar. Me eché en la cama y me entró un ataque de llanto. Es verdad que agarro bien las riendas y generalmente me digo: ‘Soy fuerte’, pero hubo un punto en el que físicamente me caía. Aquel día literalmente no me podía desvestir. Ahí si pensé: ‘Se pasan o, bueno, se pasa la situación”.