"Mi peso era lo primero que impactaba al subirme al escenario, antes que la voz o el estilismo". Estas son unas declaraciones que Rosa López concedió hace unos años a 'La Vanguardia'. La artista, que tiene 41 años, saltó a la fama hace veinte por su paso por 'Operación Triunfo', pero en más de una ocasión ha recordado con dolor como su imagen le hizo sufrir alguna que otra crítica y denunció que en su mundo profesional "solo suelen tener tallas hasta la 38". Tras alguna experiencia que define como "traumática", y después de sentirse limitada para realizar algunas cosas, la cantante decidió hace cinco años ponerse en manos de especialistas para bajar de peso.
Gracias a "restricción de cantidades, una dieta muy sana, equilibrada y mucha ayuda", Rosa López consiguió perder 40 kilos. No siempre ha podido mantener su estricta rutina, ya que los diferentes momentos de su vida personal afectan a su constancia, pero ahora, feliz de lo que ha conseguido, ha posado en bañador mostrando así su cambio físico. La artista luce un diseño negro con aberturas a los laterales y asegura que es "postureo máximo". "Cuerpazo", "Estás impresionante", "Estás guapísima y espectacular" o "Estás divina" han sido algunos de los mensajes que ha recibido a través de su cuenta de Instagram.
Una de las cosas que ha comentado la propia artista sobre sus nuevos hábitos es que el 80% de su alimentación es vegana. La cantante "controla mucho lo que toma" y siempre prioriza los vegetales, frutos secos y legumbres. "Me va de maravilla el mundo vegetal, me hace sentirme libre y conectada a todo y a todos. Llevo muchos años conectando con nuevos hábitos, como el de comer siempre limpio y lo más simple y correcto posible”, explicó ella misma.
Más allá de la alimentación, que ha sido uno de los puntos más importantes de su cambio, Rosa López también ha cambiado su vida sedentaria. Ahora, la artista practica varios deportes, como puede ser salir a correr o hacer boxeo. Entrena prácticamente a diario y el deporte ya forma parte de su día a día, algo que le “carga el alma y me da energía para poder con todo”. “Si algún día viajo y no puedo entrenar, intento hacer isométricos en casa. Hay mil maneras de buscarse la vida para que no falles en eso. No hace falta ni dinero ni gimnasio”, explicó.