Se pueden contar con las manos las ocasiones en las que Isabelle Junot ha aparecido en público. Ha hecho acto de presencia en algunos eventos sociales y su reciente boda con Álvaro Falcó fue portada de la revista ¡Hola!, pero para gran parte de la audiencia, sin duda, es toda una desconocida. La menor de los tres hijos que tuvieron Nina Wendelboe-Larsen y Philippe Junot, empresario y exmarido de Carolina de Mónaco, ahora está dispuesta a darse a conocer en la nueva edición del talent show culinario que ganó la prima de su marido hace tres años.
La ‘coach’ de nutrición está muy unida a Tamara Falcó; tanto, que el día de su enlace, le regaló una réplica de su ramo. “Es como mi ejemplo a seguir. La admiro mucho porque es una mujer que no para de trabajar. Tiene las cosas muy claras y no duda ni un segundo en ayudarme. Es más, fue la primera persona a la que llamé cuando me surgió esto. Me dijo que podía hacerlo cien por cien. Es un poco mi pilar. Por muy ocupada que esté, siempre encuentra un momento para preguntarme cómo voy”, se mostraba agradecida en una entrevista para ‘El Español’.
Por su parte, la hija de Isabel Preysler ha manifestado que está encantada con que Lito –así llama a su primo- haya encontrado a Isa, a quien está dando los mejores consejos ante este intenso reto entre fogones, las claves para tener una magnífica relación con sus compañeros de concurso y los secretos para conquistar los estómagos de Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samanta Vallejo-Nágera, los jueces de este programa de televisión.
Está siendo un año lleno de emociones para Isabelle. El pasado 2 de abril, Isabelle formalizó su relación con Álvaro Falcó en una romántica boda celebrada en el Palacio del Marqués de Mirabel, en Plasencia, en la que la marquesa de Griñón participó como testigo. En este enlace, que incluyó también la noche anterior una fiesta preboda, se reunieron numerosos familiares y amigos de la pareja que han sido testigos de cómo ha evolucionado su historia de amor.
Se conocieron hace seis años en Gstaad porque Junot se acercó a saludar al aristócrata por confusión. Dos años después volvieron a verse en Madrid, donde comenzó su relación. Ya convertidos en marido y mujer, los marqueses de Cubas disfrutaron de su luna de miel por Perú, donde no solo visitaron algunos de sus monumentos más destacados sino que también asistieron por primera vez como matrimonio a la boda de dos amigos, para después poner rumbo a las paradisíacas playas de Panamá. Tras unos días de desconexión regresaron a la capital, donde tienen fijada su residencia, llenos de energía para afrontar esta agitada temporada.