Una semana después, y tras muchas dudas y rumores al respecto, la verdad ha salido finalmente a la luz. La niña con la que Ana Obregón fue fotografiada a la salida del hospital en Miami no es su hija, como se pensó en un primer momento, sino su nieta. Ana Sandra es hija de Aless Lequio, aunque legalmente Obregón se ha convertido en su madre debido al proceso de gestación subrogada. Un entramado complicado que se articula, según la propia Ana, gracias al testamento ológrafo que Aless dejó en vida, poco antes de fallecer. ¿Qué es esta figura jurídica?
En su reaparición mediática tras haberse convertido en abuela mediante gestación subrogada, Obregón ha abordado la inmensa mayoría de los interrogantes que estaban sobre la mesa desde hacía días. La bióloga ha explicado qué le ocurrirá a la pequeña si a ella le pasase algo, o que ha decidido abandonar el luto tras la llegada de Ana Sandra, una "bendición" que le ha ofrecido luz tras tres años de dolor, en sus propias palabras.
Pero Ana ha querido aclarar también cuál ha sido el verdadero proceso detrás del nacimiento de su nieta. Para él se ha contado con el esperma de su primogénito, con el óvulo de una donante y con el vientre de la mujer gestante. Aunque la decisión la tomó el día en el que su hijo "se fue al cielo", lo cierto es que venía a cumplir de esta manera la "última voluntad" del hijo de Alessandro Lequio: la de traer un hijo suyo al mundo.
Cuando el joven fue diagnosticado de cáncer, antes de comenzar el tratamiento de quimioterapia, los médicos le recomendaron que guardase su esperma por si quería tener hijos en el futuro. Las muestras se conservaron en Estados Unidos, y mucho después, cuando ya se encontraba en una situación delicada, Aless habló del tema con sus progenitores.
Fue, como explica Ana, una semana antes de fallecer. "Aquel día estábamos en el hospital; Aless ya estaba muy mal y nos dijo que, si algo le ocurría, quería que supiéramos que él quería dejar descendencia en esta vida. Aunque ya no estuviera", explica la actriz en la mencionada publicación. Obregón asegura así que el caso de Aless es el de un testamento ológrafo: la actriz apunta a que el joven expresó sus últimos deseos ante dos testigos y ante la ausencia de notario debido a las circunstancias.
Esta figura jurídica está recogida en el Código Civil español, en los artículos 688 y ss, y hace referencia, efectivamente, a aquel acto de última voluntad que el testador (Álex, en este caso), que ha de ser mayor de edad, escribe y firma sin presencia del notario. Para que sea válido debe estar escrito y firmado en su totalidad por la persona que testa, y ha de contar con la fecha completa de su realización.
El documento deberá protocolizarse ante notario en el plazo de cinco años a contar desde el fallecimiento del testador. Quien lo tenga en su poder debe presentarlo ante notario en el plazo de diez días desde que se tenga constancia del fallecimiento del testador; de no hacerlo, será responsable de los daños y perjuicios causados.
Para que la voluntad de Aless fuese válida tendría, por tanto, que haber seguido los mencionados requisitos que impone el texto legal. Algo de lo que se podía dudar cuando Obregón comenta que su hijo comunicó su voluntad "de palabra" a Alessandro y a ella, cuando el documento debe ser escrito. Aunque la propia actriz parece despejar la duda sobre la validez del testamento: "Este documento existe y es legal", ha confirmado ella en las declaraciones a la revista.