Seis meses después de que se hiciese público el divorcio de Eva González y Cayetano Rivera, la revista 'Semana' descubría en exclusiva que el torero llevaba "meses" viéndose con María Cerqueira, una conocidísima presentadora de la televisión portuguesa. Una incipiente relación que parece consolidarse y que prefiere mantener en la intimidad la pareja, que no hace por esconderse de las cámaras.
Tampoco se ha pronunciado la familia de la pareja, que evita responder aquellas preguntas de los reporteros referidas a esta historia de amor. "No me metáis en marrones", pedía Lucía Rivera, hija del diestro, en un reciente evento. "Ya sabéis que no hablo de la vida privada. No hablo de la mía, imagínate la de alguien", se justificaba. "No puedo decir nada. Siguiente pregunta, paso palabra", dejaba en el aire si ya conoce a la periodista con la que comparte sus días el diestro.
No obstante, el último gesto público de la modelo deja entrever que Cayetano ha dado un paso más y ha presentado a su hija Lucía a su actual novia. María Cerqueira ha publicado un posado en ropa interior en su perfil de Instagram, el cual ha sido comentado por la joven de 24 años con un simbólico corazón. Un simple emoticono que sería la prueba de que Lucía ha hecho buenas migas con la comunicadora, algo que no sucedió con Eva González.
Este mal rollo entre ambas lo abordó la joven de 24 años en sus memorias. Concretamente en el capítulo titulado ‘Familia’, ese en el que afirma haber recibido algún que otro desplante de Eva, especialmente en los inicios de su relación con Cayetano. "Sé que al principio y a su manera, mi padre luchó por mí. Y como era de esperar, rehízo su vida con una mujer, quien, al principio, para mi disgusto, solo disimuló su desagrado hacia mí", se sinceraba como nunca en 'Nada es lo que parece', título de esta obra.
Tras varios desencuentros, Lucía Rivera intentó tener "por todos los medios su aprobación". Vio en el nacimiento de su hermano, el único hijo nacido de ese matrimonio, la oportunidad idónea para tender puentes. "Aparecí con una caja de regalos que compré en un bazar cuando fui a conocerle recién nacido. No era un gran regalo porque no tenía un duro, pero lo importante es el detalle", recuerda.
Esto, como bien cuenta ella misma, nunca lo ha hablado con ellos directamente. "He decidido que también descubran cosas que jamás hubieran esperado leer en un libro", admite. Una decisión con la que pretende poner punto final a una etapa: "Aunque he crecido encerrada en el qué dirán, he comprendido que todos, hasta la ya exmujer de mi padre, de la que incomprensiblemente me habría gustado recibir alguna migaja de cariño, lo han hecho lo mejor que han podido".