El pasado 8 de noviembre saltaba la noticia: Shakira y Gerard Piqué habían llegado a un acuerdo por la custodia de sus hijos. Tras intensas negociaciones y mucho trabajo, según sus respectivos equipos jurídicos, ambas partes firmaban un pacto de mutuo acuerdo. En esencia, se determinaba entonces que Milan y Sasha se mudarían junto a su madre a Miami en los próximos meses (algo que no ocurrió hasta abril, debido a los problemas de salud del padre de la cantante). El documento estipulaba el tiempo que pasarían también los niños con el futbolista. Pero todo ha cambiado ahora: la expareja se ha visto obligada a negociar un nuevo acuerdo.
La distancia entre Miami y Barcelona, ciudad de residencia del exjugador del Barça hizo necesario establecer un férreo régimen de visitas para permitir a Piqué pasar tiempo con sus dos hijos. Se determinó de aquella que, durante los meses de verano, Milan y Sasha repartirían su tiempo en una proporción 70%-30% entre sus progenitores, a favor de Gerard.
Además, podrían pasar otros períodos vacacionales (como Navidad o Semana Santa) íntegramente con el futbolista, que tendría también siempre a su disposición diez días al mes para estar con ellos. Pasado un tiempo tras la firma, se develó que el deportista estaría teniendo problemas con las visitas.
Pero las circunstancias han cambiado, según se desprende de lo esgrimido por los equipos jurídicos de ambas partes, lo que ha requerido renegociar el pacto y adaptarlo a un nuevo contexto. El cambio de residencia de Milan y Sasha y la llegada a Miami tras pasar toda su vida en Barcelona ha supuesto para ellos una temporada de intensos cambios, por lo que, tras muchas conversaciones se ha llegado a la conclusión de que sería deseable que la adaptación fuese más gradual.
Como ha desvelado la periodista Lorena Vázquez, se ha dado un giro al reparto de la custodia durante los meses estivales. Frente a los dos tercios del tiempo que hasta ahora correspondían a Piqué, se ha renegociado de formar que el reparto sea así: Milan y Sasha pasarán quince días con su padre y quince con su madre, en una proporción 50%-50% entre los padres, evitando así que los niños puedan sufrir la ausencia del progenitor con el que no estén.
Se trata, en cualquier caso, de una cláusula temporal, que se establece únicamente para el presente verano por las extraordinarias circunstancias mencionadas. "A partir del año que viene, si no se cambia ese convenio, el 66% del tiempo de la época estival la pasarán al lado de su padre", ha asegurado Vázquez.