En una entrevista para el videopodcast 'No es para tanto', presentado por Cisco García y Raquel Rostro, Joaquín Torres, conocido por el público como ‘el arquitecto de los famosos’, compartió su testimonio sobre el dolor que experimentó al negar su homosexualidad y tratar de llevar una vida incompatible junto a Mercedes Rodríguez, la que fuera su mujer y madre de sus dos hijos.
Conoció a esta pintora en la Universidad, donde iniciaron un noviazgo que duró siete años. Llegaron a comprometerse, pero poco antes de que tuviese lugar la boda, ella lo dejó por otra persona. Esta dolorosa ruptura simbolizó un punto de inflexión para esta figura prominente en el campo de la arquitectura, ya que intentó aceptar de una vez por todas su orientación sexual, de la cual renegaba.
“Me tuve que obligar a aceptarme. Me paso siete años de mi vida tratando de aceptar mi homosexualidad, y yo lo odiaba. Odiaba el ambiente gay, cada vez que me acostaba con alguien vomitaba”, recordaba el catalán, que atravesó este proceso justo antes de retomar su relación con Mercedes, con quien quiso ser “completamente honesto” antes de dar el paso.
Le confesó que había pasado todo ese tiempo tratando de aceptar su sexualidad, pero que estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad porque en el pasado habían tenido momentos felices juntos. Durante esta conversación, también le dejó claro que una de sus condiciones para volver a estar juntos era no tener hijos.
A pesar de haber acordado no tener descendencia, Joaquín y Mercedes vieron nacer a dos niños, Álvaro y Manuel, con quienes se sinceró respecto a su sexualidad tras separarse. “Fue lo más difícil en mi vida. Yo tenía terror de decirle a mis hijos: ‘Papá es homosexual’. Ellos eran muy pequeños. Ten en cuenta que cuando me separo tenían 7 y 2 años”, explicaba Joaquín, que se reunió con su primogénito al enterarse de que había escuchado rumores en la escuela.
“Le dije: ‘Sé que te han dicho que papá tiene un gran secreto, pero no tengo ningún secreto y menos para ti. Pero no he hablado de esto contigo porque no sabía si lo ibas a entender. A papá le gustan los hombres. Dejé a mamá y ahora estoy enamorado de un hombre", hizo saber al niño, que dio a su padre una lección significativa y valiosa con su réplica: "Me dijo: ‘Papá, no me importa nada, yo lo que quiero es que seas feliz”.