Tamara Gorro está "asustada" por la salud de su abuelo. El pasado mes de noviembre, el que ha sido como un padre para la empresaria ingresó en el hospital por una enfermedad pulmonar. Según contó la influencer, su abuelo sufre desde hace años EPOC, pero tras su ingreso le encontraron "otras cosillas" que no son muy buenas para su edad y su salud. Sin embargo, unos días después abandonaba el hospital y disfrutaba de las navidades junto a su familia, ya recuperado.
Esta semana, Tamara utilizaba sus redes sociales para contar la complicada situación familiar que tenía. La empresaria decidió llevarse a sus abuelos y a su madre (también enferma por culpa de la gripe) con ella a su casa para poder cuidarles y estar pendiente. Tanto es así que llegó a publicar una fotografía del colchón de uno de sus hijos tirado en el suelo, al lado de la cama de su abuelo, el espacio que adaptó ella para dormir al lado de él y estar al tanto de su estado de salud.
Sin embargo, las cosas se han complicado en las últimas horas. Tamara Gorro le contaba a su 'Familia virtual' que habían tenido que llevar a su abuelo al hospital por un bache en su salud que no ha querido detallar. La empresaria ha explicado que los médicos le estaban haciendo "muchas pruebas" y que no quería ser ella quién se adelantase a anunciar lo que podía haber sufrido. "He llamado al 112 y tengo que destacar la labor y me iban indicando lo que tenía que hacer hasta que ha llegado la UVI, espectacular", contaba a través de su cuenta de Instagram. "Hemos tenido un gran susto. Pero se va a quedar en un susto, estoy segura", decía con confianza.
Unas horas más tarde, tocando la mano de su abuelo, Tamara Gorro confesaba estar "asustada". "Estamos juntos y muy bien atendidos. Los hospitales están desbordados y todos los sanitarios sin parar. Somos afortunados por tenerlos y yo por tenerle a él. De esta salimos una vez más, no tengo duda. Te amo, yayito", escribía.
A primera hora de este viernes, la influencer contaba a sus seguidores que estaba "contenta" porque su abuelo tenía hambre. "Lleva sin comer varios días y hoy le ofrecí unos churritos que tanto le gustan. No se lo pensó. Estoy contenta, le he levantado de la cama y sentado en el sofá", ha dicho sobre la pequeña mejoría que ha notado en estas últimas horas.