Carlos Fitz-James Stuart y Belén Corsini se han convertido en padres por primera vez. Fue ayer cuando trascendió la noticia del nacimiento del primer hijo de la pareja, que llegó al mundo este pasado lunes, 4 de marzo, casi tres años después de su boda y que ha heredado el nombre de su padre. La revista ¡Hola! avanzaba la información, sin que se conociesen más detalles sobre el parto o el estado del recién nacido y su madre, que había podido vivir su primer embarazo con una cierta normalidad, según informaba la publicación. En las últimas horas hemos conocido que la discreción de la pareja sobre la llegada del pequeño Carlos se ha extendido a su familia: su propia tía abuela, Eugenia Martínez de Irujo, se ha enterado por la prensa.
La duquesa de Montoro ha protagonizado un cómico momento esta mañana, que han podido captar los compañeros de Europa Press. Eugenia acudía al hospital tras un incidente que ha requerido de tratamiento médico. "Me he caído y me he rajado entera, tengo puntos y de todo", ha explicado mientras mostraba su mano derecha vendada. Casualmente, se trataba del mismo hospital en el que Belén dio a luz el lunes, en las inmediaciones del cual había varios reporteros congregados por el nacimiento del niño.
La conversación con la prensa ha tenido un importante punto surrealista ya desde el principio. Antes de dar explicaciones, la hija pequeña de la duquesa de Alba, había sido preguntada si estaba feliz (con motivo del nacimiento del bebé), a lo que ella reaccionaba con cierta extrañeza. "Con esta gilipollez no creo", comentaba en referencia a su mano. "¿Ah. que te ha pasado algo a ti?", se escucha a uno de los reporteros. "Pues sí, ¿no lo ves?", comenta ella con el brazo derecho en alto y entre risas. "Me habéis dado un susto...", comenta al meterse en el coche, en relación a lo inesperado de encontrarse prensa a la salida del hospital.
Ha sido entonces cuando los reporteros le han preguntado si había podido ver, de paso, al hijo de los duques de Osorno. Con evidente gesto de contrariedad, ha respondido: "Pues es que no me he enterado de nada, yo he venido a las curas", ha comenzado a decir al enterarse de que su sobrino nieto estaba en el mismo centro en el que había sido atendida. "Ah. vale, vale. Bueno, es que me duele un montón, lo siento", ha concluido sonriendo mientras cerraba la puerta del vehículo.