El 16 de marzo de 2023, Ana Obregón se subió a un avión que salía de Madrid rumbo a Miami. La noticia del viaje de la actriz, que lo ocultó a prácticamente todo su entorno, no trascendió a los medios de comunicación. El 20 de marzo, con la presentadora ya asentada en Florida, nacía por un proceso de gestación subrogada su nieta Ana Sandra, la hija genética de Aless Lequio. El hecho tampoco tendría difusión hasta ocho días después, cuando la revista ¡Hola! publicó en portada la ya histórica imagen de Ana saliendo de un hospital en silla de ruedas y con un bebé en el regazo. Hoy se cumplen doce meses de la llegada de la pequeña al mundo: repasamos lo que ha dado de sí su primer año de vida y cómo ha crecido.
La confusión inicial con la mencionada portada fue total. Una semana después, Ana aclararía en una entrevista exclusiva a la misma publicación que la niña no era su hija, como se llegó a pensar en un primer momento, y que con su nacimiento cumplía una de las tres promesas hechas a su hijo Aless, fallecido en mayo de 2020 a causa de un cáncer: la de traer descendencia al mundo. La presentadora se sinceraba entonces esgrimiendo los principales argumentos del que ha sido su discurso habitual en los meses posteriores.
Las informaciones sobre la llegada de la niña generaron un auténtico debate nacional que excedió con mucho el papel cuché, lloviendo las críticas furibundas contra la bióloga, así como las defensas acérrimas. El interés sobre Obregón se disparó de forma exponencial, en una carrera de los medios por conseguir las primeras imágenes de la abuela paseando a la nieta o unas declaraciones espontáneas más allá de las exclusivas. Las especulaciones sobre el futuro del bebé, su situación legal al regresar a España o, precisamente, la fecha de vuelta, rellenaron páginas y horas en la prensa.
A finales de mayo Obregón cogió un nuevo vuelo, esta vez acompañada y en dirección Madrid. La llegada de la niña, considerada legalmente hija de la presentadora en Estados Unidos, no hizo sino apuntalar el interés mediático en ellas, que se acabó haciendo extensible al resto del clan. Poco después de su regreso, Ana reaparecería públicamente en la presentación de 'El chico de las musarañas', el libro que comenzó su hijo y ella acabó completando, y en el que narraba parte de la intrahistoria de lo vivido en los últimos años.
La figura de Aless ha sido omnipresente en todo este tiempo en sus declaraciones, así como en sus propias redes sociales, en las que pronto comenzó a aparecer Anita, como se refiere cariñosamente a la niña. Finalmente, la actriz acabaría admitiendo que no daría más hermanos a su nieta, como sí había valorado en un primer momento.
El verano pasó, con unas vacaciones más cortas de lo habitual en la presentadora pero con su acostumbrado posado. En otoño se empezaría a hablar del esperado bautizo de la niña. Ya para entonces Obregón había confirmado qué planes tenía para la pequeña y quién se encargaría de la niña cuando ella no esté: aunque cuenta con el apoyo de todo su círculo, en su testamento ya consta que el cargo lo ocupará Celia Vega-Penichet, su sobrina.
Con los meses se acabó confirmando el nombre de otra figura clave en la futura vida de la pequeña, Giaccomo Ugarelli, amigo de Aless. Ambos fueron elegidos como padrinos de Ana Sandra en un bautizo que tuvo lugar finalmente en diciembre y que reunió a la familia al completo.
Hubo no obstante una ausencia notoria en dicho evento. La de Alessandro Lequio, el abuelo de la niña, que a día de hoy, un año después no la conoce personalmente todavía. Ya desde la publicación de la portada inicial las primeras reacciones públicas de el aristócrata italiano dejaron entrever que algo ocurría. Ni la madrileña ni el italiano han querido confirmar qué ha sucedido entre ellos, o por qué Alessandro se resiste a tener relación con su nieta, algo que Ana ha demandado reiteradamente.
El conde se ha movido en una ambigüedad muy elocuente, asegurando que a su hijo no le gustaría que se hablase de su vida privada, pero sin cargar tampoco contra su expareja. Solo la polémica por las donaciones a la Fundación Aless Lequio generó cierta tensión públicamente, cuando el colaborador culpó a la madre de su hijo de "ensuciar" el legado de su descendiente.
De forma paralela a las polémicas, las críticas y las exclusivas, Obregón ha estado tremendamente volcada en el cuidado de la pequeña. Como ella misma ha explicado en numerosas ocasiones, su llegada le permitió "volver a nacer" y cambiar "lágrimas por pañales". Ana dejó el luto que vestía desde el fallecimiento de su hijo y volvió a ilusionarse con su faceta de abuela orgullosa.
Sus entrevistas exclusivas y sus publicaciones en redes han servido, además de para buscar posibles parecidos, para que el público pudiese comprobar, casi a tiempo real, cómo ha ido cambiando la niña, que en estos doces meses ha crecido mucho, como puedes comprobar en el vídeo que encabeza esta noticia. Y hemos visto cuáles han sido los avances de la niña, que ha pasado de balbucear a gatear y, recientemente, a dar sus primeros pasitos.