Laura Escanes considera que tener "el foco" en su hija es la clave para que Risto Mejide y ella mantengan una relación cordial tras la separación. La influencer cree que, "a lo mejor", si no tuvieran una hija en común, se llevarían "a matar", pero actualmente saben que los dos comparte el querer lo mejor para Roma. Y ese interés común lo comparten desde que se enteraron de que estaba embarazada de la menor, que fue cuando anunciaron que habían tomado la decisión de no mostrar su rostro públicamente.
En su momento, la influencer explicó a sus seguidores que el hecho de que ellos fuesen dos personas conocidas no tenía que implicar que a Roma la reconocieran por la calle. Es por eso que, para proteger su intimidad, prefieren esperar a que sea ella, cuando sea mayor de edad, quién decida si quiere ser un rostro conocido. Y esa decisión ambos la han seguido a rajatabla. Tanto es así que ahora, dos años después de su divorcio, Escanes comentaba en su podcast que incluso a veces se siente "culpable" de mostrar aspectos de la vida privada de su hija en redes sociales aunque no muestre su cara.
En una entrevista a la revista ¡HOLA!, la influencer comentaba que en esto de la protección de la menor tiene "mucho que agradecerle" a Risto Mejide. El presentador ya lo había hecho así con Julio, su hijo mayor, fruto de una relación anterior con la presentadora catalana Ruth Jiménez. "Cuando me contó cómo lo hacía me pareció la mejor manera. He intentado llevarlo de una manera muy natural porque no escondo a mi hija", explicaba la influencer. "Todo el mundo sabe que tengo una, pero no voy a exponerla. De hecho, hasta me siento culpable a veces por haber enseñado más de mi hija. Nunca se le ha visto la cara, pero me refiero a explicar mucho mi experiencia como madre. A veces, pienso si es mejor haberme cortado", repetía en esta charla.
En cuanto a su relación con el presentador, en una charla al diario ABC Laura contó que "las cosas de palacio van despacio" y que los primeros meses fueron de adaptarse, "y más con una hija en medio". "Había que hablar muchos temas y tampoco teníamos una prisa urgente. Las cosas se han hecho bien, con calma, nuestra relación ahora es buena", comentó hace unos meses. La administración fue lenta, tal y como confesó pero, "como en todos los divorcios", al principio las cosas están "tensas" y luego "todo se calma". "Es todo cuestión de tiempo y visto con distancia, los sentimientos ya no están tan a flor de piel", explicó la catalana.