“Me casaré con esa del vestido negro corto”, confesó David Beckham a su compañero de cuarto sobre Victoria Adams, según él mismo reconoció en una charla en ‘This Life of Mine’, tras ver en la televisión las imágenes del videoclip del tema ‘Say You’ll Be There’ de las Spice Girls. Desde entonces han pasado más de dos décadas en las que la pareja, que pasó por el altar en 1999, se ha consolidado como una de las más estables del panorama internacional.
Fruto de su matrimonio, ambos han formado una gran familia numerosa junto a sus cuatro hijos: Brooklyn, de 26 años, Romeo, de 22, Cruz, de 20, y Harper, de 13. Sin embargo, solo es la última de sus descendientes quien continúa residiendo junto a sus padres, razón por la que el exfutbolista se ha sincerado ahora acerca del ‘síndrome del nido vacío’ que padece tras la marcha de los otros tres.
A solo unos días de cumplir 50 años, David ha hecho un balance de los últimos acontecimientos en su vida en una entrevista con ‘Men's Health’, donde ha calificado de “realmente doloroso” el proceso al que junto a Victoria ha tenido que hacer frente después de que sus tres primeros hijos optasen por abandonar el hogar familiar para establecer los pilares de su vida adulta: "Pasamos de tener cuatro personas en casa a solo una”, ha dicho sobre Harper, que continúa viviendo con ambos.
Aunque el exfutbolista ha reconocido en más de una ocasión que es un maniático del orden, durante su intervención ha lamentado las veces que criticó el “desorden” de sus descendientes cuando aun residían juntos: “Soy muy ordenado, muy organizado. Pero cuando tienes hijos, todo es un caos. Me encantaría entrar en sus habitaciones y encontrarme toallas mojadas en el suelo, lo echo de menos. Daría lo que fuera por recuperarlo y no entrar quejándome", ha confesado.
A pesar de no presenciar las veinticuatro horas al día de sus hijos por su ausencia en casa, Beckham ha asegurado que entre todos ellos continúa habiendo un fuerte vínculo: "Son bastante buenos. Siempre me invitan al pub cuando van con sus amigos. Últimamente van al pub mucho más a menudo que yo, pero siempre me invitan", ha desvelado.
Además de una “familia fantástica”, el deportista ha querido resaltar lo “duro” que sus vástagos trabajan para poder “seguir sus pasiones” en unas declaraciones con las que ha mostrado la gran admiración que siente hacia los anteriores aunque, del mismo modo, ha confesado las ocasiones en las que no ha dejado a un lado su faceta más competitiva frente a Romeo, Cruz, Brooklyn o Harper: "Siempre lo he sido con los chicos. Incluso cuando jugamos al snooker, al billar o al tenis de mesa, los dejo ganar un partido, pero al final gano yo el partido", se ha sincerado.
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