Si ya la adorábamos antes, en este confinamiento la hemos redescubierto. Ana Milán se ha convertido en la reina de la cuarentena por hacer lo que mejor se le ha dado siempre: entretenernos. Todas las tardes, una notificación llega al móvil de sus casi 800 mil seguidores en Instagram (y subiendo): "@byanamilan ha iniciado un vídeo en directo". Y ahí que entran todos, ansiosos por averiguar qué lección de vida nos dará la actriz en esa charla diaria en la que hila fino entre lo frívolo y lo trascendental.
"Al principio de esto me pregunté cómo podría colaborar en esta situación tan extrema", ha explicado en más de una ocasión. Y como no contaba con un pasado como enfermera al que regresar ni tenía ni idea de coser mascarillas ("Como las haga se os cae la nariz"), decidió hacer compañía a través de sus lives.
Empezaron conectándose dos mil personas y estos últimos días ya ha superado la barrera de los 16 mil. Y entre toda esta pandilla que se parte de risa con sus anécdotas, hay alguien que se cuela de vez en cuando para boicotearla. Hablamos de Marco, el hijo de Ana Milán. A sus 18 años, este chaval que siempre ha intentado permanecer en un segundo plano en lo mediático ha demostrado haber heredado el sentido del humor de su madre a golpe de comentarios. Y ya ha protagonizado su primera polémica.
Es fruto de la relación de la intérprete con el también actor Paco Morales y apenas ha tenido presencia pública durante el largo recorrido de su madre en televisión. Sabíamos que de adolescente tenía inquietudes ("Me pregunta mi hijo que dónde y cómo se denuncia a un juez injusto, quién puede despedir a un presidente si lo hace mal o no cumple y qué hace el rey para ser rey", decía la Milán en 2018. También mucha guasa y "toelarte", como cuando un día le dio por llamar "llaves del coche" al bonometro.
Ahora, en esta rendija de su intimidad que ha abierto Ana en su Instagram, hemos podido conocer de refilón a un Marco que ya es mayor de edad. En sus redes sociales nos da la información justa: es portero de fútbol, no muy asiduo a los posts y con un pequeño gran nicho de seguidores, más de 7 mil en estos momentos.
A principios de mayo, la que dio vida a Sandra de la Vega en la inolvidable 'Yo soy Bea' estaba contando una de sus historias cuando le llegó un mensaje de su hijo. "Me dice 'madre', como si fuera una vaca", apuntaba antes de leer a Marco preguntándole si sabía de algún tatuador que hubiese empezado a trabajar tras la cuarentena. "¿Qué hago con él? ¿Le doy un bofetón?", planteaba a sus fans.
Pero hay más. Los que hayan seguido las pericias de Ana Milán a lo largo de estos dos meses se sabrán de memoria (y seguirán llorando de la risa) con su anécdota con el niño de 'El orfanato'. Para contextualizar, la actriz vaciló a una amiga contándole que le habían dado un Goya por este papel, pero que no se la reconocía al llevar un saco de patatas en la cabeza. Y tras convertir esta escena en historia de Instagram, Marco decidió rizar el rizo y dar un susto a su madre plantándose en la ventana disfrazado de Simón.
Porque si alguien conoce al dedillo la vida de esta nueva gurú de Instagram, ese es su hijo. De ahí que de vez en cuando se cuele en sus lives para pedirle que cuente esa anécdota que le pasó hace no sé cuántos años, en no sé qué sitio, pero que, aunque la cuente mil veces, sigue siendo tronchante. Para prueba, esta escena de Ana con un ferrari y un jabalí como protagonistas.