Enrique Iglesias nunca ha sido de hablar de su vida privada en ningún medio. Sin embargo, parece que ha llegado la hora de romper su silencio. El hijo de Julio Iglesias ha concedido una entrevista a Icon en la que se ha sincerado sobre cómo es su relación con su padre. Una historia de idas y venidas que el cantante ha abordado con total honestidad.
Como cuenta en el dominical del diario El País, el distanciamiento con su padre comenzó durante su juventud: "A los 18 años me separé de mi familia por completo. Y fue difícil". A Enrique no le quedó más opción que poner tierra de por medio y se marchó a Canadá a empezar una nueva vida. Padre e hijo no tuvieron contacto durante 10 años hasta que el abuelo del cantante falleció. “Son muchos años. Sufrí mucho. Pero lo que sentía por mi música me daba fuerza. Y sobre todo perseguía el objetivo de hacerlo a mi manera”, cuenta.
Después de ese encuentro, ambos empezaron a retomar el contacto. "Ahora lo pienso más. Lloré mucho en el inicio. Hubo un momento en particular. Me fui a San Francisco a mezclar mi primer disco. Estuve un mes allí. Recuerdo regresar al hotel, estar ahí solo y ponerme a llorar. Y pensar: ‘Qué estoy haciendo: he perdido el contacto con mi familia por completo’. Porque afectó a todo. Sobre todo con mi padre, pero también con el resto de la familia", asume. En esta entrevista, la voz de 'Bailando' también relata la competitividad profesional que siempre ha existido con Julio Iglesias.
La relación entre los Iglesias parece que ha ido mejorando con el paso del tiempo, sobre todo desde la reciente paternidad de Enrique. “Nos tenemos un respeto mutuo, más ahora que hace 25 años. Es mi padre y lo quiero con toda mi alma. Lo respeto y lo admiro y hasta en parte entiendo las cosas que ha hecho en su carrera y en su vida personal”, explica.
Hace 18 años que conocimos el noviazgo entre el cantante y la extenista. Ambos se conocieron cuando trabajaron juntos en el videoclip de ‘Escape’. La pareja nunca ha querido mostrar nada de su vida personal hasta el nacimiento de sus mellizos Lucy y Nicholas. Sin embargo, desde que llegaron al mundo en Miami, la pareja no ha dejado de compartir en sus respectivas cuentas de Instagram cómo han ido creciendo sus pequeños. "Cuando ahora estoy un poco deprimido voy a ver a mis hijos y me digo: 'Pero cómo puedo ser tan egoísta de estar de bajón por tal o cual cosa teniendo esto aquí'. Mientras mis dos bebés estén felices y yo sea buen padre, el resto es secundario", reflexiona.