Joan Manuel Serrat es uno de los artistas más queridos y reconocidos de nuestro país. Eso es un hecho incuestionable. Sus letras han marcado a millones de fans y su prestigio es incomparable. Sus hijos Candela, Maria Serrat y Queco se subieron a la ola del éxito del barcelonés y enfocaron su futuro al mundo del espectáculo. Pero, como viene siendo habitual, las terceras generaciones de la farándula vienen pisando fuerte en las redes sociales. Luna Serrat, primera nieta del cantautor, es toda una influencer con más de 56 mil seguidores en su cuenta de Instagram. Su trabajo como imagen de varias firmas de moda, cosmética y joyas han concedido a la joven de 24 años una solvencia económica con la que paga tanto sus caprichos como su formación.
“Luna es influencer para pagarse sus estudios, es actriz, estudia interpretación y música y es lo que más me define, la música y el cine, me encantan”, se describía la protagonista de nuestra noticia a sí misma en una entrevista para Europa Press, donde rechazaba la idea de que tuviera su vida solucionada gracias al apellido. “Mis padres ya me pagaron una carrera, me ‘equivoqué’ aunque todo me ha hecho estar donde estoy, no era la carrera de mis sueños, lo hice por miedo y ahora que estudio lo que me apasiona, voy a clases con unas ganas que me muera, ahora soy Luna de verdad”, explicaba la razón principal por la que habría decidido iniciar esta andadura sin pedir ayuda económica a sus padres.
Tras graduarse y trabajar como periodista, la nieta del también poeta cayó en la cuenta de que su verdadero sueño era ser actriz. “Yo solo quiero trabajar, me da igual donde en cine, teatro… no he hecho nada todavía, pero sigo siendo actriz. No porque hagas una serie en Netflix y tengas 5 millones de seguidores eres más actriz o actor, eso se lleva dentro”, defendía en esta entrevista, aclarando que no está en la búsqueda activa de un papel al llevar tan solo un año de formación: “Estoy centrada en estudiar y centrarme, buscar ahora no busco, pero cuando haya que hacerlo no se me caerán los anillos”.
Su deseo es darse a conocer en este mundillo muy pronto, pero no oculta su pánico a la opinión pública y a lo que se diga de ella en prensa. “Me da mucho miedo, entiendo que no se le puede gustar a todo el mundo […] cuando recibo una crítica mal hecha me duele mucho”, confesaba Luna, que no gestionaría nada bien que se expusiesen detalles de su vida en los medios: “Mi abuelo lo ha hecho muy bien porque su vida privada es privadísima. Ojalá fuera capaz de llevarlo yo así, me encantaría”.
Sobre Joan Manuel solo guarda palabras cargadas de cariño y admiración. Su apellido no le pesa “en absoluto” y lo único que le ha supuesto es cierta responsabilidad a la hora de actuar y hablar en público. “Afortunadamente tengo tres abuelos de cuatro y los tres son mi inspiración, no quiero a nadie más en mi vida que a mis abuelos”, se mostraba orgullosa sus raíces: “Todos ellos me inspiran muchísima, son gente tan trabajadora… mi abuelo me decía más vale artista trabajador que artista talentoso, eso lo tengo clarísimo. Mis abuelos son trabajo todo el rato, humildad, me han inculcado valores tan bonitos que siempre es para bien”.