Maluma en realidad no se llama Maluma. En su DNI aparece Juan Luis Londoño Arias, un nombre demasiado común para una superestrella del reguetón. De ahí que, cuando se proyectó y vio que tenía un futuro multimillonario por delante, el de Medellín decidiese crearse una identidad que al mismo tiempo le recordase cuáles son sus orígenes. Porque la decisión no fue casual. Maluma viene de Marlli, Luis y Manuela, su madre, su padre y su hermana, cuyas primeras letras del nombre construyen este alias que ya ha ascendido a la categoría de icono.
Los tres, su núcleo duro, están muy presentes en la realidad del artista cuando no está en un escenario. Prueba de ello, su último post de Instagram, donde reivindica con orgullo a su clan. Pero, ¿quién es cada uno de ellos? Les ponemos cara.
Empecemos por ella. Protagonista de esta publicación en la que la percha es el día internacional de la madre, Marlli Arias siempre se ha presentado al mundo como la 'mamá gallina' de los Londoño. Su hijo pequeño fue su gran apoyo cuando no existían ni los jet privados, ni el champán, ni los lujos. Y de esto, por mucho disco de platino que acumule en el salón, es de lo que más orgullosa se siente.
Si bicheamos su perfil de Instagram, donde prácticamente no hay post en el que no esté presente Maluma, Marlli sería el equivalente perfecto a la 'madre de la Pantoja' de Medellín. Todo son declaraciones de amor hacia su pequeño, un "ejemplo de disciplina" que siempre se ha encargado de inculcar en los suyos "lo básico, lo primero, lo que es indispensable, lo que somos en nuestro ADN, nuestra raíz".
Y aunque no sea a la misma escala, Mar Arias también tiene un poco de estrella. La legió de fans de su hijo también la sigue a ella, que después de acumular cientos de miles de seguidores de Instagram ha pasado a ocupar el rol de influencer senior. Ella también tiene su público.
Cuando nació Maluma, Luis Alfonso, el padre, trabajaba como gerente en una compañía en Villavicencio. Sus planes con Marlli eran formar una familia numerosa, con al menos cuatro críos correteando por casa. Pero las cosas fueron demasiado rápido. Al poco de tener a Manuela, su primera hija, llegó Juan Luis.
El patriarca era el único que llevaba dinero a casa, y aunque siempre pudo mantener esta estela mientras su esposa ejercía de ama de casa, las condiciones económicas se fueron complicando. A eso se supieron adaptar ambos menores. Tener que ayudar económicamente en casa era algo que se daba por hecho. Lo que sí fue algo más traumático para los dos fue asumir la separación de sus padres.
Ni Maluma ni Manuela llevaron bien esta ruptura "dolorosa" que produjo una grieta en el clan. Su padre se fue a vivir a Bogotá por un compromiso profesional. Y en Medellín, ese niño que apenas tenía diez años, se vio forzado a ejercer del "hombre de la casa". Él mismo se carga este título cada vez que recuerda entre lágrimas esas largas noches en las que bajaba al garaje de casa esperando que su padre volviese a aparecer. Pero eso no sucedió.
El tiempo lo fue colocando todo en su sitio y ahora, ese preadolescente al que le tocó hacer de empresario para soportar la economía familiar ha logrado reconciliarse con su pasado. Los Londoño, a pesar de todo, son una piña. Y publicaciones como esta lo demuestran.
"Ser la hermana de una figura pública es muy complicado". Y más si se llama Maluma. Así lo definió Manuela Londoño hace un par de años al contar cómo, de rebote, a ella también le tocó experimentar los pros y contras de la fama por su parentesco con su hermano. Pero ha sabido sacarle partido.
Durante esos primeros años en los que Juan Luis lanzaba un hit detrás de otro, poco se sabía de ella. Su primera intención era mantenerse al margen de los focos. Sin embargo, esa unión que tienen desde la infancia hizo que para el cantante fuese imposible no reivindicarla ante sus fans.
Antes de que se le pasase por la cabeza dedicarse a la música, muchísimo menos a este nivel, Maluma estaba destinado a ser futbolista. Toda su infancia la dedicó al deporte. Y su hermana ya vio por entonces que "iba a llenar estadios, ya fuese por una cosa o por la otra". Esta fe ciega en su perseverancia le ayudó a construir una autoestima sólida. Y a pesar de los años siguen siendo inseparables.