Cada vez que a Melani Olivares le han preguntado por cómo definiría a su familia, la actriz siempre utiliza el término “distinta”. Cuando era una niña siempre se imaginó en una mesa llena de críos, con un perro sin correa y sin ningún padre a la vista. Y unos cuantos años más tarde, con la experiencia que da el tiempo, su sueño se ha hecho realidad. Ahora, la intérprete a la que todos conocimos gracias a su papel de Paz en la icónica serie ‘Aída’ cuenta con una familia numerosa que ahora ha decidido reivindicar. Su intención es demostrar que no todos los hogares tienen por qué ser idénticos. Y también que no se debe desestimar la dureza que implica la crianza.
Su estreno como madre fue con 33 años. Por entonces, Olivares quería tener un hijo, pero en ese momento no tenía pareja. “No me apetecía compartir esa maternidad que yo deseaba con alguien que no estaba. Entonces decidí empezar los trámites de adopción de Martina”, contó recientemente en una entrevista para Shangai donde posó con su hija mayor, que ya tiene 14 años.
Melani recuerda su llegada, que fue a través de un proceso de adopción, como “la mayor experiencia que he tenido nunca”. Un trámite que recuerda cómo “complicado” en el que tuvo que pasar por dos años de larga espera hasta qué pudo conocerla. Eso sí, de aquello sacó una ventaja: “En ese tiempo tú te reafirmas en tu deseo de ser madre”.
Lucho y Manuela, sus otros dos hijos, se fueron uniendo al equipo con el tiempo, “conforme he ido teniendo otras parejas”. A pesar de que la adopción fue algo que le trajo muchas experiencia positivas, Melani no quería quedarse sin vivir lo que es un embarazo, “y ahí están”. Su nueva misión es, a través del altavoz que le da la popularidad, denunciar lo “aburrido” que es “el hecho de que se trate a la familia convencional como si fuera la única”.
Este 14 de febrero, Melani Olivares y su hija Manuela celebraban 'San Solterín' con una reivindicación. “¿Tú no tienes novio, no?”, le preguntaba la madre a la niña, que negaba en repetidas ocasiones con la cabeza. “¿Y novia? ¿Tampoco?”, se dirigía a ella con la misma naturalidad. “No”, respondió la joven tajante con una sonrisa. Una forma de educarla sin límites y en libertad que fue y sigue siendo aplaudida en redes sociales.