Este mes de marzo se han cumplido cuatro años desde que Natalia Verbeke se convirtió en madre por primera vez. Fruto de su relación con el jugador de rugby argentino Marcos Poggi, con quien ya llevaba saliendo desde hacía un par de años, nacía Chiara en 2017. La actriz compartió entonces en Instagram, poco después de dar a luz, una primera imagen enlazando su mano con la de la recién nacida. En este tiempo, la pequeña ha aparecido de forma espaciada pero constante en su cuenta, aunque siempre de una forma cuidada y respetuosa con su privacidad. Repasamos cómo es la hija de Natalia Verbeke según lo que la actriz ha mostrado en redes sociales.
Esa primera publicación con presencia de la pequeña incluía entre sus hashtags un #InLoveWithChiara muy revelador que, a día de hoy, cuando la pequeña cumple ya cuatro años, sigue absolutamente vigente. Verbeke ha dicho en más de una ocasión de ella que es el "gran amor" de su vida. Y tal vez por eso ha querido protegerla en lo que a su exposición mediática se refiere. Chiara sale con frecuencia en el perfil de su madre, pero esta siempre ha apostado por cuidar su intimidad, evitando que salga su rostro mediante fotos de espaldas o de perfil o tapándolo directamente con emoticonos.
Pero ese goteo de apariciones nos ha permitido seguirle la pista a la niña, y comprobar, por ejemplo, cómo ha cambiado en este tiempo. El año pasado, cerca de la fecha de su tercer cumpleaños, Natalia compartía un posado a tres con su chico y su hija, que llamó la atención a buena parte de sus seguidores por lo mucho que había crecido la benjamina de la familia. Y, desde entonces, ha seguido actualizando a su público sobre lo mayor que está Chiara.
Las redes de la intérprete de 'Al otro lado de la cama' nos han permitido, también, conocer en parte la personalidad de su única hija y cuáles son algunos de sus intereses. Siempre según las publicaciones de Instagram de la actriz de 'Ana Tramel. El juego', Chiara se revela como una niña dulce y sonriente, de la que su madre siempre destaca su felicidad, a la que le gusta jugar con peluches y que disfruta mucho de los planes con sus padres: en los últimos meses hemos podido ver juntos a los Verbeke-Poggi en la nieve, rodeados de naturaleza, divirtiéndose con las luces navideñas o cocinando cupcakes.
Pero, además, Chiara es una niña que parece compartir varias de las inquietudes de su progenitora. Es el caso de la meditación, una actividad que en alguna ocasión ha intentado practicar con su madre, o de la lectura, de la que ha resultado ser una verdadera apasionada pese a su corta edad. "Nada me hace más feliz que haya heredado la pasión y el amor por los libros", reconocía Natalia el pasado otoño al mostrar a su hija leyendo en casa.
La educación de Chiara es otro de los temas que Natalia ha tratado en sus redes sociales. Hace tiempo ya que supimos que la actriz enseñaba a su hija el lenguaje de signos, habilidad que ella a su vez aprendió de su hermana, Andrea Verbeke, que trabaja como intérprete de signos y periodista. Y en los últimos meses ha reforzado esa idea de formar en la inclusión con imágenes como una de su pequeña en plena celebración del Orgullo LGTBIQ+, ondeando una bandera multicolor. "Educar en la diversidad", afirmó entonces.