Cuando nació Daniella Bustamante no existía Instagram. Trece años han pasado ya de la llegada de una de las 'hijas de' con más fama en sus apellidos del papel couché nacional. Y nada tenía que ver la estrategia que siguieron por entonces sus padres para proteger su intimidad con la que se prodiga en la actualidad. De aquella ya se había aprobado una ley que impedía a los medios de comunicación mostrar el rostro de menores. El pixelamiento era una práctica habitual (y obligatoria) en televisiones y prensa cuando tocaba inmortalizar a los retoños vip. Y a esto se atuvieron Paula Echevarría y David Bustamante durante sus primeros años de vida para intentar que su única hija tuviese una infancia como la del resto.
Con el auge de las redes sociales la cosa fue cambiando. Las respectivas carreras públicas del cantante y la actriz les obligaron a caer en esa dinámica que implica estar en el entorno virtual. Y fue entonces cuando optaron por normalizar la existencia de Daniella comenzando a compartir instantáneas donde ella era la protagonista. Al contrario de lo que sucedió con David Bisbal y Elena Tablada, que estuvieron años en guerra por mostrar o no a su hija Ella en Instagram, ellos llegaron a un acuerdo sobre esta cuestión.
Así nos lo hizo saber Paula Echevarría en la que fue su reaparición ante los medios tras la pandemia. Medio año después de repetir la experiencia de la maternidad junto a Miguel Torres, convirtiéndose así en madre por segunda vez tras su divorcio del padre de su segunda hija, la asturiana nos contó que se vio obligada a repetir esta misma conversación con su actual pareja. ¿Enseñarían el rostro del pequeño Miki
Tal y como nos explicó, esta gestión la concibieron "de la manera más natural del mundo". "No le saco todo el rato, no abuso, pero tampoco hemos decidido esconderle de la misma manera que con Daniella tampoco lo hago", planteó. "Con David ya tuve esta misma conversación en su día y decidimos que lo mejor era ni exponerla excesivamente ni esconderla como si fuera un bicho raro".
La conclusión que a la que ha llegado después de tantos años en las redes (además del cine y la tele, su otra gran profesión es la de influencer, con tres millones y medio de seguidores) es que "hay que darle la mayor naturalidad posible, darle normalidad al asunto". No existe debate para ninguno de los dos, "cuando el niño está, pues está". "Instagram cada día forma más parte de la vida de todos y está claro que uno comparte lo que quiere compartir. La naturalidad, en todo en la vida, yo creo que funciona", verbalizó.