Tres bodas, tres estilos: así fueron los vestidos de novia de Carmen Martínez-Bordiú

La vida de Carmen Martínez-Bordiú está llena de luces y sombras, momentos felices y grandes tragedias, amores y desamores. Han sido varios los hombres que han conseguido enamorarla, tres los que la han llevado al altar y muchos menos los que han logrado que lo deje todo por amor. La socialité hace tiempo que ha escogido llevar una vida privada, pero algunos de sus romances forman parte de la historia. 

La primera de ella fue en el año 1972, Alfonso de Borbón y una jovencísima Carmen Martínez-Bordiú, Carmencita para los más cercanos, se juraban amor eterno. Un enlace que se celebró casi como una boda real y que tuvo lugar bajo la atenta mirada de miembros de la realeza como los Príncipes de Mónaco, por aquel entonces Rainiero y Grace Kelly. 

Más adelante, Carmen confesaría que en esta boda vio la oportunidad de poder salir de su casa, comenzar una nueva vida con un poco más de libertad. "Estaba ilusionada con mi boda, pero nunca la vi como el cuento de hadas que decía la gente, aunque sí tomé la decisión de que el vestido de novia me lo tenía que hacer Balenciaga", comentó ella tiempo después. 

Este vestido fue una de las últimas las piezas firmadas por el diseñador, que fallecía en ese mismo año. El modelo, según recogieron los medios de la época, estaba elaborado en raso natural en tono perla rosado, sobre el que destacaban en las mangas y en el cuerpo bordados de flores de lis, mismo símbolo que se repetía en los ribetes que rodeaban el cuello y también el borde de la capa, que le fue cosida una vez puesto ya el vestido y que se extendía siete metros. 

Los adornos, perlas, brillantes, nácar y cristal, se cosieron a mano sobre tul y la elaboración del vestido se emplearon 20 carretes de hilo de plata.  

En 1979 decidían separarse y en 1982 se divorciaban. Comenzaba Carmen una relación con el empresario y anticuario Jean Marie Rossi, con quien se marchó a vivir a París. Con él se casaría en una discretísima boda civil en 1984 y juntos tuvieron una hija, Cynthia. Durante su etapa en Francia, Carmen no dudó en mostrar su pasión por la Alta Costura, vistiendo a diseñadores de la talla de Dior, Lanvin, Yves Saint Laurent o Givenchy.

La tercera de sus bodas no llegaría hasta 2006, ya con 50 años, Carmen se enamoró del empresario cántabro José Campos, con quien celebró una doble boda. La primera de ellas en Sevilla, con un vestido del diseñador francés Christian Lacroix. Un vestido de estilo imperio elaborado en muselina blanca, con un corsé en la zona delantera con un lazo azul bordado a mano con rosas bordadas en cristal, tal y como recogió en su día Hola. 

La pareja optó por hacer una segunda celebración, esta en Santander y de nuevo Carmen vistió de blanco, un diseño de Manuel Mota muy original, adornado con plumas y pedrería, que lució con flequillo recto y un semirecogido.