Nunca han tenido una relación especialmente cercana, ni siquiera cuando Ana Boyer era pequeña. Lo cierto es que las tensiones entre los hijos de Miguel Boyer siempre han estado ahí, en el centro de la relación, pero los momentos clave en su historia compartida lo han puesto de manifiesto.
La muerte del ministro fue el momento en el que esto quedó más claro, cuando una Laura desolada se dejaba consolar por Tamara Falcó durante el funeral por Boyer, mientras Ana se mantenía al margen, caminando unos pasos por detrás. “Con mis hermanos por parte de padre no tengo mucha relación”, decía Ana hace años para Chance.
Esta fría relación contrasta con la que mantiene con sus hermanos por parte de madre, con quienes está mucho más unida, incluso a pesar de la distancia física que tiene con la mayoría de ellos. Tamara es la más cercana en edad a ella y también es con quien mantiene una amistad más intensa, como ha quedado claro durante la boda de la Marquesa de Griñón.
La muerte de Laura fue otro de esos momentos que ponen de manifiesto que la relación nunca fue buena. Fallecía en febrero de 2023 a causa de un cáncer y el silencio público de Ana decía todo lo que había que saber. Ni compartió un mensaje en redes sociales, ni acudió al tanatorio a dar el pésame.
Laura siempre había culpado a Isabel de la mala relación con su hermana pequeña. “Isabel Preysler se encargó de que no nos tuviese cariño ni a mi hermano Miguel ni a mí”, decía después del funeral de su padre, con quien mantuvo también una relación marcada por el divorcio. Pocos meses después de que Miguel dejara a su madre para irse con Isabel, este ejerció de padrino en la boda de su hija, aunque su relación era bastante tensa. Laura tardó en perdonarle.
Tampoco se quedó muy contento con esta decisión Miguel Junior, quien siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano, pero no dudó en afirmar que su padre había “traicionado a su madre”. Esto no le gustó nada a Ana, quien durante una entrevista para ‘LOC’ confirmaba que con sus hermanos siempre había tenido menos relación y que no estaba contenta con las declaraciones de su hermano: “cualquier cosa que no sea amable hacia mi padre, no me gusta”.
Un nuevo indicativo de esta distancia física y emocional es que Ana no invitó a sus hermanos paternos a su boda caribeña con Fernando Verdasco.
La herencia no fue motivo de grandes disputas, pero tampoco fue un tema que se solucionara pronto. “Es un poco raro que mi padre fuera economista, parece que no se preocupó de gestionar su patrimonio. Cuando murió, no tenía nada a su nombre, no sé en qué lo gastó todo”, dijo su hijo a ‘Ok Diario’.
Miguel quería recuperar algunos enseres personales de su padre y su hermana quería saber qué había pasado con el patrimonio. La cuestión de la herencia se solucionaría tiempo después, pero ni siquiera zanjar este tema acercó las posturas entre los hermanos.