A principios de año, José Luis Martínez Almeida compartió una foto en las redes sociales en la que escribía “Teresa me ha dicho sí”, confirmando de esta manera que su pareja, Teresa Urquijo, y él iban a pasar por el altar. Una boda que tendrá lugar el próximo 6 de abril y para la que ambos ya están inmersos en sus preparativos, entre ellos, la pedida de mano de este mismo sábado en la que reunirán a sus familias por primera vez.
Tal y como adelantó ‘Vanitatis’, la tradicional petición será este sábado 27 de enero en la finca de Los Molinillos, situada en Navalagamella, a 50 kilómetros de Madrid y que pertenece a la abuela paterna de Teresa.
La ubicación cuenta con espacio para 600 invitados, entre los que estarán los miembros de ambas familias, que se conocerán oficialmente tres meses antes del enlace. Este mismo lugar fue el elegido por Alexandra Suárez y Jaime Urquijo Zobel, hijo de Beatriz Zóbel de Ayala, para celebrar el banquete de su boda en el año 2019.
También allí los novios intercambiarán sus regalos en los que, tal y como señala la usanza, el futuro marido entregará el anillo de compromiso a la novia, la cual también recibirá otro regalo por parte de la familia de él entre los que suele ser habitual unos pendientes o pulsera que lucirá después el día que contraiga matrimonio. La futura esposa del alcalde de Madrid, entonces, obsequiaría a José Luis con un reloj.
La celebración, que sin duda será una de las más esperadas este año, tendrá lugar el 6 de abril en otra de las fincas familiares, esta vez perteneciente a los abuelos maternos de Teresa, los marqueses de Laserna. Allí, en El canto de la cruz, en Colmenar Viejo, la pareja pondrá el broche de oro a una relación que se oficializó en el pasado mes de junio cuando Almeida y Urquijo, 22 años menor que su novio, acudieron juntos a la plaza de toros de Las Ventas en la capital.
La pareja se encuentra inmersa en la preparación de los detalles para su día especial, los que Almeida confesó en una entrevista con ‘Espejo Público’ que se le estaban atragantando: "Un día dije, cuando hacíamos las listas electorales, que solo podía haber una cosa más difícil y era hacer las mesas de una boda. Ahora lo estoy comprobando. Lo de las mesas es una situación complicada y difícil pero espero que la gente ponga por encima la buena nueva que es una boda".