Era el pasado mes de febrero cuando Jota Peleteiro llenaba los titulares de los medios en el que se anunciaba que había comenzado su conversión al islam. Sería durante su visita a Kuwait donde el exfutbolista decidía abrazar la fe islámica a sus treinta y dos años. El propio deportista gallego era el que compartía en sus historias un vídeo publicado en Instagram por el medio Al-Qabas en el que pronunciaba la 'shalada', la declaración de fe islámica. Tras su conversión, el empresario declaró que se sentía "en casa" y "con la forma de vida que debo llevar". Sin embargo, su entrada no ha sido del todo bienvenida por algunos practicantes de la comunidad musulmana. ¿Cuál es el motivo?
Durante su testimonio de fe frente a la mezquita de Bibal bin Rabah de Kuwait se podía ver un tatuaje en su mano, un símbolo prohibido en su nueva religión. El exfutbolista tiene el cuerpo marcado con tinta, donde destacan las caras de sus dos hijos en común con Jessica Bueno en la espalda y el retrato de un gorila -que se hizo tras su divorcio cubriendo lo que era la cara de su exmujer- en el pecho. Además, en diferentes zonas de su piel tiene algunos símbolos religiosos como una cruz en su mano o la figura de un ángel, propios de la religión cristiana.
Esto no ha sido bien visto por algunos practicantes, que han criticado el pasado del empresario y entienden esto como un impedimento para abrazar su religión. Sin embargo, hay voces que han defendido al gallego, ya que se tratan de elementos de su vida antes de la conversión. "Se hizo el tatuaje antes de convertirse al islam. Hará lo que tenga que hacer para eliminarlos. Puede que aún no sepa que los tatuajes están prohibidos", comentaba un usuario antes de que el propio Peleteiro quitara la opción de dejar comentarios en su publicación.
Jota ha completado uno de los cinco pilares de la religión islámica junto a otros esenciales en la doctrina como la oración, el ayuno o la peregrinación a La Meca. Apenas unas semanas más tarde, el empresario se enfrenta al Ramadán, que comenzó el pasado 10 de marzo y que estará vigente hasta que anochezca el próximo 10 de abril. Se trata del noveno mes del calendario islámico y el más sagrado dentro de su cultura. Para los musulmanes es un tiempo de conversión y purga en el que los practicantes tienen prohibido, entre otros retos, comer, beber, tener relaciones sexuales, fumar, masticar chicle o cualquier sustancia que entre en el cuerpo desde que amanece hasta que se pone el sol. Además, al ser un tiempo de reflexión, se deben evitar comportamientos negativos como las peleas o mentir y se intensifican las oraciones en las mezquitas o en la propia casa.
Peleteiro tomaría la decisión de dar este paso hacia la religión musulmana gracias a su amigo Faisal Buresli, que le ha acompañado durante todo el proceso. El gran vínculo de amistad que los unía se ha ido reforzando a lo largo de los años y sería una de las razones que le motivó a pensar en este proceso. "Lo que siento en su casa es lo que quiero para mi familia, para mis futuras generaciones, estar todos juntos, con salud, sonrisas y respeto. Cambiar la vida totalmente", comentaba el gallego.
Tras una década de relación y dos hijos en común, el exfutbolista y su mujer por entonces, Jessica Bueno, anunciaban su separación. Más tarde, aunque hubo algunas dudas sobre el comienzo de su historia de amor, el gallego empezó tras el divorcio una relación con Miriam Ruiz. El deportista anunciaba su compromiso con la influencer después de siete meses de romance y pondrían fin a su idilio un mes después. Actualmente Peleteiro mantiene una relación con Ajla Etemovic, una modelo de raíces serbias y también madre de un niño de dos años.