Alba Díaz Martín, hija de Vicky Martín Berrocal y Manuel Díaz 'El Cordobés', ha sabido discernir los focos de las profesiones de sus padres de la suya propia. La influencer, que en sus redes sociales acumula miles de seguidores, se ha sincerado ahora en el mismo lugar sobre sus inicios como creadora de contenido y sobre la etapa en la que incluso tuvo que recurrir a la ayuda profesional.
Alba acaba de celebrar que por fin ha llegado a los 400 mil seguidores en su cuenta de Instagram. Con motivo de su nuevo logro, se ha sincerado sobre cómo fueron sus orígenes en las redes sociales. Y es que, tal y como ha comenzado explicando con su última publicación, su contenido en estos seis años de trayectoria ha cambiado mucho, algo que sin duda achaca a su evolución personal: “Yo empecé dejándome llevar por lo que me decía la gente que yo consideraba que sabía mucho sobre este tema, teniendo un poco más de filtro porque también venía de donde venía y sin saber cómo se me podía interpretar”, ha contado haciendo referencia al vínculo con sus padres.
Posteriormente, cuando acabó la carrera de Administración y Dirección de Empresas y Comunicación, muchos de los de su alrededor le preguntaron a qué se dedicaría entonces, dejando así en un segundo plano su trabajo como influencer: “Quiero estar un tiempo cuidándome, conociéndome y trabajando en mí. En ese momento lo necesitaba”.
Para la hija del torero y la diseñadora, aquella etapa fue complicada, lo que le llevó a recurrir a la ayuda profesional: “Estuve haciendo mucha terapia, bastante asocial por así decirlo. Incluso con mis amigos me costaba, imagínate en un evento con muchísima gente o en los viajes de marcas”, se ha sincerado acerca de su “montaña rusa personal”.
Y es que hace un par de años, tal y como ha asegurado, empezó a sentir que lo que hacía no le llenaba. Sin embargo, encontró a personas que se convirtieron en su refugio e impulso necesario para mostrarse como lo hace a día de hoy: “A medida que yo iba aprendiendo en terapia y con mi grupo de amigos, que de pequeña hasta los 16, 17 años no había tenido amigos, no había encontrado mi lugar, me sentía bastante incomprendida. De repente la vida me ha regalado personas que están en mi misma frecuencia. Me quité los filtros y ahí empecé a subir vídeos hablando de lo que sentía, del proceso y de la evolución”, ha continuado.
De hecho, ha comparado su momento vital actual con la época en la que, todavía en el colegió, le empezó “a dar igual todo”, razón por la que ha entendido cuál es su “misión” como creadora de contenido: “Es poder compartir todo lo que estaba aprendiendo ya que la vida después de tanta tormenta me ha dado las respuestas que siempre he buscado”, ha añadido.
Antes de finalizar, ha confirmado que seguirá utilizando el megáfono que le proporciona su perfil público para “aportar su granito de arena y poder así cambiar las cosas”.