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La muerte de Michael Jackson en 2009 fue todo un shock para sus seguidores, pero lo fue todavía más para sus seres queridos, que tuvieron que afrontar la pérdida del rey del pop mientras contemplaban cómo salían a la luz todos los detalles relacionados con su muerte, causada por una sobredosis de Propofol, mezclada con benzodiacepinas proporcionada por su médico.
Esto causó una gran controversia, incluso un juicio en el que dirimió si el médico era o no responsable de la muerte del artista, pero no fue lo único controvertido, la herencia de Jackson también ha supuesto una gran lucha entre sus descendientes. Han pasado quince años y sus herederos todavía no han recibido su parte.
Antes de morir, el artista dejó claro qué quería que se hiciera con su herencia. Dejó el 40% de la misma a sus tres hijos, Prince, Paris y Blanket ‘Bigi’, otro 40% a su madre y el 20% restante iría destinado a obras benéficas. Según el testamento, sus hijos irían accediendo a la herencia de manera escalonada, en lugar de recibir todos sus bienes de golpe. A los 21 años podrían pedir efectivo del fondo, a los 30, a un tercio de la herencia y a los 35, a la mitad. Al cumplir los 40 ya podrían disponer de ella por completo.
Su madre fue nombrada "guardiana de las personas y bienes de esos menores" y nombró como albaceas al abogado John Branca y el ejecutivo discográfico John McClain. El resto de sus familiares, cercano o lejanos, quedaron fuera.
Aunque se estimó que la herencia del cantante podría ascender a un total de 500 millones de dólares, esto no quiere decir que esa cantidad se encuentre en dinero en efectivo, de hecho, ese dinero incluiría los derechos de sus canciones, que siguen generando beneficios incluso tras la muerte del artista. De hecho, gracias a esos derechos de autor, Jackson se convirtió en uno de los artistas muertos que más ingresos generaban, tal y como recogen en Europa FM.
Esto podría ser una buena noticia para sus hijos y su madre, pero los albaceas del testamento llegaron a un acuerdo con Sony para vender la mitad del catálogo de Jackson por 600 millones de dólares, según Billboard, algo con lo que no se mostraron conformes los herederos, que decidieron llevarlo ante la justicia. Desestimaron su petición, lo que causó diferencias entre ellos, Bigi demandó a su abuela para evitar que siguiera invirtiendo dinero en ello, porque le parecía una causa perdida.
Otro de los motivos por el que los herederos no han accedido a la herencia es porque la hacienda de Estados Unidos consideró que se había infravalorado el patrimonio del cantante, por lo que habría que haber pagado una mayor cantidad de impuestos. En 2021 los herederos ganaron el juicio, pero tras su triunfo aprovecharon para pedir una revisión del valor de la parte del catálogo musical que los albaceas habían vendido, lo que impidió que se pudieran repartir esos 600 millones.