La delegación británica de hípica regresó de los Juegos Olímpicos de París con una medalla de oro y fue gracias al buen hacer de su equipo. Uno de sus representantes es Harry Charles, quien no dudó en acudir raudo hacia el público tras conocer el desenlace de su competición y celebrar el triunfo con sus seres queridos y, sobre todo, con su pareja que no podía estar más orgullosa.
Esta anécdota, que suele repetirse en casi todas las competiciones, no tendría mayor relevancia para el público en general si no fuera porque la afortunada que parece haberle robado el corazón a Charles no fuera Eve Jobs, hija de Steve Jobs, cofundador y presidente ejecutivo de Apple, que falleció en 2011 a causa de las consecuencias derivadas del cáncer de páncreas que padecía.
Eve y Harry mantienen una discreta relación, apenas comparten imágenes juntos en sus redes sociales y el triunfo del jinete parece haber sido la excusa perfecta para cambiar esa ‘norma’. Eve no dudó en presumir del éxito de su pareja y compartir el vídeo del momento en el que Charles salta la valla y acude a sus brazos para celebrar junto a ella su triunfo. El orgullo por su pareja es tal que, después de esto, no ha dudado en compartir algunas imágenes más junto a él, celebrando su éxito.
Eve siempre ha sido una apasionada de la hípica, desde pequeña ha montado a caballo y ha llegado a participar en competiciones internacionales, pero nunca ha sido algo tan serio como lo es para su pareja, de 25 años (uno menos que la modelo). Harry pertenece a una familia de jinetes, sus hermanas son amazonas y su padre también es medallista olímpico, consiguió el oro en Londres en 2012. La familia cuenta con una granja ecuestre con diversas sedes, una de ellas en Hampshire, Inglaterra, tal y como revela ABC.
El primer puesto de Charles era celebrado por su pareja por motivos evidentes, pero también porque no han sido tiempos sencillos para él. Parecía que se quedaría fuera de la competición a causa de una fractura de muñeca y brazo, pero finalmente pudo competir, es sí, no todo lo que le hubiera gustado, porque tuvo que renunciar a la competición individual por el bien de Romeo, su caballo.
“Él me ha dado muchísimo y me ha llevado más lejos de lo que podía imaginar”, escribía el jinete en sus redes sociales, explicando que la competición había sido un sobreesfuerzo para su compañero y que no se encontraba en las mejores condiciones. “Dejamos París con una medalla de oro y, lo que es más importante, con Romeo feliz, así que para mí eso es más que suficiente”.
También el deportista ha querido aprovechar su triunfo para presumir de pareja y no dudó en compartir algunas fotografías junto a Eve durante la celebración de su triunfo.
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