El 23 de noviembre de 1972, Antonio Orozco llegaba al mundo fruto del matrimonio entre Antonio, albañil de profesión, y Carmen, limpiadora, que habían huido desde su Sevilla natal hasta Barcelona para buscar una vida mejor. El que antes de dedicarse a la música dirigió su trayectoria profesional hacia los estudios de informática vivió sus primeros años de vida en Hospitalet de Llobregat, lugar en el que creció entre tostadas con manteca colorá y sopitas de puchero junto a sus dos hermanos, Chechu y Marcos.
Son varias las ocasiones en las que el artista ha hecho referencia a su infancia y algunas de las anécdotas que vivió junto a sus familiares, en especial con su madre como protagonista por la decisión que tomó entonces.
Durante su intervención en ‘Mi casa es la tuya’, Antonio quiso dar marcha atrás en el tiempo y viajar hasta los primeros años de su infancia después de que Bertín Osborne le mostrara una instantánea en blanco y negro capturada en la etapa señalada: “Este soy yo, que mi madre nunca quiso tener un niño. Mi madre siempre quiso tener una niña y aquí se demuestra claramente”, comenzó explicando.
Tras ello, el de ‘Devuélveme la vida’ desveló que su progenitora le había llamado “Manuela toda la vida”: “Me ponía coletas, ahí se ve claramente, aunque luego ella lo negará, cómo ella directamente me quitaba el balón y me daba esta… La Barbie ‘Feria de abril’ por lo menos”, bromeó con los lunares del traje de la muñeca que sostenía en sus manos en la imagen.
Tal era el deseo de su progenitora de criar a una chica que incluso llegó a cambiarle el nombre de cara a los habitantes del municipio en el que residía: “Era rubio, tenía el pelo largo, me ponía las coletas y me vestía de niña. Me ha llamado Manuela durante mucho tiempo y la gente por la calle me reconocía ya como Manuela, o sea que tengo un pasado como Manuela también”, añadió entre risas.
Sobre la decisión de Carmen, Orozco no tenía muy segura la postura de su padre. Sin embargo, confesó que era “un hombre tan bueno” que estaba seguro de que “seguía la corriente a su mujer”.
Durante su adolescencia, el padre de Orozco le compró el instrumento con el que, sin saberlo, comenzaría a tocar los primeros acordes que unos años más tarde le consolidarían como uno de los artistas más relevantes. Tras regalarle su primera guitarra de 93 mil pesetas, el que también se llamaba Antonio puso como condición a su hijo que trabajase durante tres meses con él en la obra.
Sin embargo, era precisamente tras caer de un andamio cuando el progenitor del cantante, de 21 años por aquel entonces, fallecía a los 43, impidiendo así que el cabeza del clan viviese junto a él sus grandes hitos en la industria musical.
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