El 23 de abril, Carmen Cervera, más conocida como la baronesa Thyssen, cumple 82 años tras pasar una vida de película. A lo largo de los años ha sido Miss España, aristócrata multimillonaria, madre de tres hijos, abuela de cinco nietos y fundadora de uno de los museos más importantes del país. Tuvo a su único hijo biológico, Borja, fruto de una relación anterior a su matrimonio con el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. Su vínculo con él ha sido, durante años, tenso y lleno de desencuentros, aunque en los últimos tiempos han intentado limar asperezas. Junto a su mujer, Blanca Cuesta, Borja le ha dado cinco nietos, aunque de momento no hay más descendencia. Sus hijas menores, Carmen y Sabina, adoptadas cuatro años después del fallecimiento del barón y recién llegadas a la mayoría de edad, han confirmado hace poco sus respectivas relaciones sentimentales, pero han decidido pasar este día junto a su madre.
El 23 de abril fue durante años una fecha marcada con flores, diamantes y arte. Cuando Tita estaba casada con el barón Thyssen, cada cumpleaños era una celebración a lo grande: desayunos románticos, fiestas privadas en París o Ginebra, regalos de museo y joyas legendarias como el colgante con el diamante Estrella de la Paz. El barón, detallista y enamorado, cuidaba cada momento de ese día. Era, en palabras de la propia Tita, uno de los días más felices del año.
Hoy, sin embargo, y según informa 'Vanitatis' el ambiente será mucho más tranquilo: la baronesa pasará su 82 aniversario en la mítica ‘Villa Favorita’, su refugio en la Costa Brava, un lugar cargado de historia y recuerdos que le regaló Lex Barker, su segundo marido y actor de Hollywood. Aunque hace unos días pensaba volver a su chalet en Andorra, finalmente ha decidido quedarse en su casa catalana, rodeada de naturaleza, arte y su círculo más cercano.
La acompañarán sus hijas, Carmen y Sabina, así como su sobrino Guillermo y su esposa. Además, según informa el citado medio, no estará su hijo Borja, cuya relación "se encuentra en el punto cero, ni frío ni calor". Tampoco han viajado los nietos, por lo que el día será íntimo, introspectivo y seguramente cargado de nostalgia.
La gran ausencia será la de su hijo Borja, con quien mantiene una relación compleja desde hace años. Si bien los enfrentamientos públicos, demandas y titulares cargados de tensión marcaron una etapa muy mediática, en los últimos tiempos se ha intentado una cierta reconciliación. De hecho, el año pasado se les vio juntos en un acto oficial del Museo Thyssen, compartiendo espacio con cordialidad. Sin embargo, según fuentes cercanas, la relación no ha terminado de recomponerse del todo. Es un vínculo frágil, en pausa, donde las emociones parecen estar más contenidas que reconciliadas.
Borja tampoco ha viajado con sus hijos para ver a su madre en este día especial. A sus 82 años, la baronesa parece haber optado por concentrarse en sí misma, en sus proyectos personales, su papel como gestora cultural y el legado artístico que representa.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.