Antonella Roccuzzo siempre ha estado al lado de Leo Messi. Estuvo ahí cuando el mejor jugador del mundo alzó su primera copa nacional e internacional y, también, cuando dudó sobre su carrera deportiva. El futbolista también estuvo cerca de su mujer cuando esta comenzó con su nueva vida empresarial en la ciudad condal junto a su amiga Sofía Balbi. Eso sí, Antonella siempre se ha mantenido en un segundo plano, discreta, sin conceder ninguna declaración a la prensa, pero siempre presente en los momentos más importantes de Messi.
Antonella y Messi nacieron en la ciudad de Rosario, en Argentina, situada al sureste de la provincia de Santa Fe. Es hija de José Roccuzzo y Patricia Blanco, una familia acomodada y dueños de la cadena de supermercados Único. Ellos comenzaron desde abajo; con una pequeña tienda de comestibles, propiedad de su abuela, que se fue transformando hasta convertirse en una de las principales empresas de la zona con hasta siete sucursales.
Antonella es la mediana de tres hermanos; la mayor es Paula, que se dedica al mundo de la abogacía, y la pequeña, Carla, es doctora. Por su parte, Messi nació en una familia más humilde y con tan solo cuatro años ya jugaba en las filas del equipo de fútbol de su barrio. Con sus hermanas, Antonella solía ir a jugar a casa de su tía Laura, quien tenía un hijo, Lucas, que jugaba en las categorías inferiores del Newell’s Old Boys, equipo que había fichado a Messi a los siete años.
Así, Lucas y Leo se hicieron grandes amigos y, dos veranos más tarde, el joven Lucas le invitó a su compañero a pasar las vacaciones en Mar de Plata. Con ellos también fue Antonella y Leo se enamoró de ella nada más verla. Por aquel entonces tenían nueve años. Messi intentó llevar este amor en secreto, aunque sí que es cierto que llegó a escribirle alguna que otra carta. A los once años a Leo le diagnosticaron un problema en la hormona del crecimiento y, dos años más tarde, viajaron a España para que el pequeño hiciera una prueba en el Barça. Su fichaje fue instantáneo y comenzó a jugar en las filas de La Masía. Tras la marcha de Messi, Antonella rehízo su vida y comenzó a salir con un compañero de trabajo. Juntos estuvieron unos tres años.
Cuatro años más tarde, Antonella sufrió uno de los momentos más complicados de su vida: su mejor amiga moría en un accidente de coche. En ese momento, Leo no lo dudó ni un momento y se subió en el primer avión para estar cerca de ella y mostrarle su apoyo. Desde ese momento, no se volvieron a separar. Cuando lo suyo ya se había hecho oficial, Leo volvió a Barcelona y ella se quedó en Argentina. Antonella terminó el Bachillerato en Humanidades y Ciencias Sociales y comenzó a estudiar Odontología, que abandonó al matricularse en Comunicación Social, una carrera que dejó cuando tan solo llevaba un curso.
Fue en julio de 2007 cuando Antonella les contó a sus amigas que había empezado una relación con el jugador de fútbol. Dos años más tarde, a él le preguntaron si tenía novia y respondió que ‘sí’, pero no dio más datos. Hacia el año 2010, Antonella decidió, de una vez, poner rumbo a España para estar cerca de su chico. Así, la joven se instaló en la casa que el jugador tenía en Castelldefels y dedicó su vida a estudiar inglés, a entrenar en el gimnasio y a viajar junto a su chico.
En junio de 2012, Messi dio la gran sorpresa: Antonella estaba embarazada de su primer hijo. Así, el pequeño Thiago nació en noviembre de 2012 y su segundo hijo, Mateo, vendría al mundo en septiembre de 2015. Por su parte, la última incorporación a la familia Messi-Roccuzzo ha sido Ciro, que nació el 11 de marzo de 2018.
Antes del nacimiento de su tercer hijo, ambos quisieron sellar su amor. Para ello, organizaron una boda que se convirtió en todo un evento social. Se celebró en Rosario, el lugar donde los vio nacer y donde se enamoraron. Asistieron unos 260 invitados y muchos de ellos llegaron a Argentina en avión privado. Entre ellas, estaban las dos mejores amigas de Antonella, Daniella Semaan, mujer de Cesc Fábregas, y Sofía Balbi, esposa de Luis Suárez.
Junto a esta última, Antonella abrió una exclusiva tienda de zapatos en Barcelona, que se convirtió en su primera aventura empresarial. Aunque parece ser que fue una inversión fallida, ya que tuvieron que cerrar y sufrieron unas pérdidas de 200 mil dólares. También, es la imagen de una conocida marca deportiva, con la que hace publicidad a través de sus redes sociales.
Antonella es una gran apasionada de los tatuajes y tiene un total de cinco repartidos por todo su cuerpo. En una de las muñecas tiene una mariposa que significa esa ‘libertad’. En sus manos tiene escritos el nombre de sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro y, además, en su brazo tiene una corona, un diseño que comparte con su marido que tiene otra con el mismo estilo y en el mismo lugar.