Letizia siempre ha sido una mujer a la que le ha encantado ir a la moda. Y no solamente ha cuidado siempre cada uno de sus estilismos, sino que también se ha preocupado por su rostro y su cabello. Así, la actual reina de España ha apostado siempre por un aspecto natural y, sobre todo, rejuvenecedor.
Lo cierto es que la primera vez que vimos a Letizia, hace más de quince años lucía una apariencia muy parecida a la de ahora. Por aquel entonces, una jovencísima Letizia, encargada de presentar las noticias en TVE, se decantaba por una melena midi con una raya en el centro y por un estilo más informal y desenfadado.
Así, el pelo fue creciendo hasta lograr una melena que le llegaba por los hombros. Eso sì, para uno de los momentos más especiales de su vida, como fue su boda con Felipe, decidió hacerse un sencillo recogido que coronó con una tiara. De esta manera, la reina no dejó que se escapara ni un solo pelo de su look tan premeditado y pudo tenerlo todo bajo control. Y más después de que anunciaran que en su boda la protagonista iba a ser la lluvia.
Fueron muchos los años en los que Letizia mantuvo ese corte de pelo, ni demasiado largo ni demasiado corto y con una raya al centro. Respecto al color, siempre ha optado por un castaño oscuro con distintos puntos de luz, colocados estratégicamente a lo largo de su pelo. Estas mechas le han proporcionado un aura más juvenil y renovada. Sí que es cierto que, durante su primer embarazo, Letizia cortó su pelo a la altura de los hombros y pasó varios años con esa longitud hasta que consiguió el estilo deseado.
En el año 2007 intentó probar con un flequillo o, más bien, un intento de él. Era recto y repartido en ambos lados de la frente, una tendencia muy famosa a principios de los 2000. Parece ser que ese estilo no llegó a convencerle del todo y pronto se deshizo de ese flequillo, que a veces puede ser tan molesto. Fue en el año 2015 cuando sorprendió con un peinado que, sin duda, fue uno de los más revolucionarios que ha lucido nunca.
Letizia, con la ayuda de sus estilistas, se decantó por un corte Bob, de lo más favorecedor. Además, gracias a este corte, la reina pudo jugar con su cabello y decidió incluir mechas, un estilo más liso o unas ondas más encrespadas y desordenadas. Tampoco mantuvo mucho tiempo su cambio de look y, al poco tiempo, dejó crecer su pelo hasta alcanzar esa melena corta que luce actualmente.