Emma Watson se presentó ante el público, hace ya más de 20 años, como una niña inocente, pero muy perspicaz y lista a la vez. Lo cierto es que muchos años después, de esa inocencia queda muy poco, aunque la inteligencia se sigue manteniendo y Emma vuelca su vida profesional en ayudar a los demás.
Además de su presencia en el cine, aunque bastante discreta en los últimos tiempos, la joven actriz se ha convertido en todo un símbolo de la lucha por la igualdad. Eso sí, en Hollywood no han dudado en contar con ella, compaginando así su activismo con su verdadera pasión: la actuación. Esa pasión que encontró cuando era una niña y acudía a sus clases de teatro en la ciudad de Oxford. Pero, ¿cómo ha cambiado Emma durante estas dos décadas?
Emma Charlotte Duerre Watson nació en París el 15 de abril de 1990, hija de padres abogados graduados por la Universidad de Oxford. En la capital francesa vivió hasta los cinco años, cuando sus progenitores se separaron. Ella volvió a Oxford, junto a su madre y su hermano menor, Álex. Antes de empezar la escuela, Emma fue diagnosticada de hiperactividad y, desde entonces, sigue un tratamiento para controlarla.
Después de mudarse, comenzó sus estudios en una escuela privada y a los seis años se apuntó al Stagecoach Theatre Arts, donde empezó sus clases de danza, teatro y canto. En el año 2000, comenzaron los castings para la película Harry Potter y la piedra filosofal, la adaptación de los libros de J.K. Rowling. La mayor preocupación de los productores era encontrar a los personajes principales, Harry, Hermione y Ron.
A Emma la encontraron a través de su escuela de teatro y todos quedaron anonadados con la confianza que la pequeña tenía en sí misma. Además, Rowling apoyó la elección de Emma como Hermione desde que vio su primer casting.
Su debut se produjo al año siguiente, en el 2001, donde Watson pasó por primera vez por una alfombra roja en el estreno de la famosa saga. Para la ocasión, la joven eligió un vestido en tonalidades grises, que combinó con un foulard que se enrolló por los brazos, de color negro. El toque lo daba el bolso y el estampado del vestido, que contaba con unos bolsillos cosidos. El film batió récords durante su primera semana en pantallas y fue la película más taquillera en todo el año, con un ingreso global de 974,8 millones de dólares. Además, la crítica elogió la interpretación de los tres protagonistas, entre los que se incluía Emma Watson.
Al año siguiente, la joven actriz siguió interpretando a Hermione en Harry Potter y la cámara secreta, la segunda entrega. Desde Los Angeles Times, la crítica apuntó que los protagonistas habían madurado, que se veía un cambio en ellos. Y es que fue así, durante toda la saga, los protagonistas fueron creciendo a la vez que se estrenaban nuevas películas.
En 2003, ya podíamos ver a una Emma muy distinta a la del estreno de la primera película de Harry Potter. Para los premios British Academy Children’s Film ya se había convertido en una adolescente con una gran personalidad y sorprendió a todos con un vestido estampado muy original, signo de que se estaba deshaciendo de ese papel de niña. En mayo de 2004, se estrenó Harry Potter y el prisionero de Azkaban, una película donde la joven tuvo uno de los papeles más importantes y decisivos. Emma comentó que se había sentido muy realizada con su actuación y que estaba muy contenta con el resultado final.
Al año siguiente, con Harry Potter y el cáliz de fuego se superaron todos los récords anteriormente obtenidos. Por su parte, la quinta entrega, Harry Potter y la orden del fénix, estrenada en el año 2005, fue también éxito en taquilla. Además, Emma ganó el primer National Movie Award a la mejor interpretación femenina y el premio a la mejor actriz en los Nickelodeon Kids' Choice Awards. A pesar del éxito, los tres actores protagonistas se pensaron mucho si firmar para las siguientes dos entregas, pero Daniel, Emma y Rupert decidieron finalmente seguir con sus respectivos papeles.
En el año 2008, Emma acudió a la presentación de la película El valiente Despereaux, en Los Ángeles, donde pudimos ver a la joven actriz con un estilo sexy y elegante, donde las transparencias eran las protagonistas. En 2010, Emma decidió cortar por lo sano y se despidió de su media melena. El corte pixie fue el elegido por la actriz, con el que estaba realmente guapa. Una de sus primeras apariciones con este look fue en un encuentro en los estudios de Warner en Londres.
La sexta película, Harry Potter y el misterio del príncipe, se estrenó a mediados del 2009. Como imagináis y sabéis, también batió récords en taquilla. Respecto al final de la saga, este se dividió, por motivos económicos y de guion, en dos films. El primero de ellos, Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 1 se lanzó en noviembre de 2010 y la parte 2, en julio del año siguiente. Para la presentación de la primera película, Emma lució su corte pixie y un vestido de Óscar de la Renta, con el que estaba impresionante.
En julio de 2014, acudió a la semana de la moda de París, donde lució una biker de cuero y un top de encaje de Valentino, un aspecto que le alejaba mucho más de esa niña que había triunfado en el 2000. Esa misma semana también se enfundó un bonito Little black dress de Dior.
Tras el final de Harry Potter, Emma se volcó en distintas causas. A principios del 2009, decidió colaborar con una marca sostenible y respetuosa con la naturaleza. Y, a partir de ese momento, la joven se volcó con la recuperación y el cuidado del medio ambiente. Prueba de ello fue su aparición en la famosa Gala Met, donde optó por un vestido hecho con materiales reciclados y firmado por Calvin Klein. En el año 2014, Emma dio un emotivo discurso en la ciudad de Nueva York ante la asamblea de las Naciones Unidas, como embajadora de Buena Voluntad de la ONU Mujeres. Un hecho que marcó un antes y un después en la carrera de Watson, ya que a partir de ese momento se la empezó a ver como artista, filántropa y mujer comprometida con el feminismo.