El diario de Noah es una película romántica de manual. Sus protagonistas, interpretados por Rachel McAdams y Ryan Gosling, protagonizan una historia de amor, donde tampoco faltan los dramas propios de cualquier relación intensa. En la pantalla, la conexión entre la pareja es espectacular, que parece entenderse a la perfección, pero lo cierto es que, allá por el 2004, cuando se rodó la película, la relación entre Rachel y Ryan no era, que digamos, muy buena. Y mucho menos para protagonizar una película de amor. La realidad era que no se aguantaban, a ninguno le gustaba la actitud del otro y cuando se apagaban las cámaras tomaban caminos por separado; ni una mirada, ni una sonrisa… nada de nada. Eso sí, hicieron tan bien su papel que ningún espectador se dio cuenta del mal rollito que existía entre ellos.
Con el paso del tiempo, y cuando volvieron a coincidir, parece ser que Rachel y Ryan comenzaron a entenderse mejor. Hasta tal punto que los dos actores comenzaron una relación que duró tres años y que acabó de manera amistosa. Tanto es así que Ryan, en cualquier entrevista que es preguntado, siempre habla de lo mucho que le marcó su noviazgo con su compañera de reparto. Lo mismo sucede con Rachel, que también se deshace en elogios hacia el canadiense. Ahora, cada uno ha rehecho su vida por separado y han formado unas bonitas familias que no dudan en reunir cuando tienen ocasión. En Divinity, te contamos cómo se enamoraron Ryan y Rachel y cómo fueron capaces de pasar del odio al amor.
Ryan Gosling empezó a actuar cuando era muy pequeño y, además, junto a su hermana Mandi, cantaban en algunas bodas haciendo tributos a Elvis Presley. Fue en 1993 cuando protagonizó un programa de Disney Channel y coincidió con otras superestrellas de la época, como Justin Timberlake, Britney Spears o Christina Aguilera. Fue a partir de los 19 años cuando decidió tomarse su carrera interpretativa en serio y buscó papeles en distintos largometrajes de Hollywood. No fue fácil, pero, en el año 2001, ya había aparecido en más de una película y su rostro fue haciéndose cada vez más conocido para los productores. En el 2004 fue elegido para protagonizar El Diario de Noah, junto a Rachel McAdams. La joven, canadiense al igual que el actor, había comenzado a actuar, también, cuando era muy pequeña y se había iniciado en la gran pantalla tres años antes.
The Notebook -su nombre en inglés- fue un auténtico éxito y dio a sus dos protagonistas una gran fama. Además, la química entre Rachel y Ryan fue lo que más llamó la atención a la crítica. “Sus actuaciones son tan espontáneas y con combustible que rápidamente te identificas con los novios imprudentes, que encarnan una inocencia que tiene todo pero desaparecida de la vida de los jóvenes estadounidenses. Y contra tu propio juicio, te arraigas para que la pareja venza las probabilidades en contra de ellos”, publicaron en el New York Times. Pero lo cierto es que la realidad distaba mucho de esta relación idílica; Rachel y Ryan no se soportaban. Así lo confirmó su director, Nick Cassavetes, hace un par de años: “Quizá no debería contar esto, pero ellos no se llevaron bien durante el rodaje. Realmente no. Y Ryan vino a mí y dijo: 'Nick ven aquí'. Él estaba haciendo una escena con Rachel y dijo: '¿La echarías y cogerías a otra actriz para rodar conmigo? Yo dije: '¿Cómo?'. Él dijo: 'No puedo. No puedo hacer eso con ella”.
Todo el mundo esperaba que, con el paso del tiempo en el set de rodaje, ambos comenzaran a hacer buenas migas. “Entramos en una habitación con uno de los productores y empezaron a gritarse sin parar. Desistí. En ese momento, estaba fumando un cigarrillo y todo el mundo salió como 'todo está bien, vamos a hacerlo'. Y después de eso todo mejoró. Ellos lo hicieron, el resto del rodaje fue viento en popa y todo estuvo más calmado”, comentó Cassavetes al ser preguntado. Un extremo que fue confirmado por Gosling: “Nos inspiramos en lo peor de cada uno, fue una experiencia extraña protagonizar una historia de amor sin llevarte bien con tu compañera. Dos años más tarde la vi en Nueva York y empezamos a pensar que quizá estábamos equivocados a cerca del otro”. Fue en ese reencuentro cuando surgió el amor de verdad, muy alejado del tópico de la película que habían protagonizado. Tan bien les iba que hasta decidieron recrear su mítico beso bajo la lluvia en MTV Movie Awards de 2005. Su relación terminó en el año 2008, aunque sí que es cierto que poco tiempo después hubo una reconciliación, que no llegó a más.
Tres años más tarde, Ryan comenzó una relación con la actriz y modelo Eva Mendes. Con ella, ha tenido dos hijas, Esmeralda Amada y Amada Lee. Por su parte, Rachel sale con el escritor Jamie Linden desde el 2016 y junto a él tiene un hijo. Además, en agosto de este mismo año la pareja ha confirmado que espera su segundo retoño. Ahora, el respeto y la admiración entre Rachel y Ryan es mutuo. Pero eso sí, ha sido el actor quien más ha declarado su amor por Rachel ante los medios. De ella dijo, después de que cortaran, que había sido la mujer de su vida, al igual que Sandra Bullock, con quien también estuvo saliendo unos años. “Cuando ambas personas están en el mundo del espectáculo, es demasiado ‘showbusiness’. Se lleva toda la luz, de manera que nada más pueda crecer”, confesó.